La ejecución a conveniencia de las normas de homologación, de espaldas a las variaciones de la inflación; la infructuosa diligencia de la entrega de diez pliegos a Yadira Córdova, ministra de educación universitaria; la eterna espera para la liquidación de sus reivindicaciones y la pena de contar con, en el mejor de los casos, poco más de 900 bolívares, son motivos suficientes para que trabajadores universitarios volvieran a tomar las calles.
De manera que obreros, docentes y personal administrativo de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) siguen en resistencia y cumpliendo la programación de paros por 48 horas como medida de presión para el Gobierno nacional.
En detalle, este martes en el transcurso de la mañana una representación bien nutrida de la comunidad uclaista, se concentró en las inmediaciones del Rectorado de la calle 8 para entregar volantes y concretar próximas acciones.
«2.160 profesores en Lara se ven afectados por esta situación. En cifras, el acatamiento de la evaluación nacional alcanzó el 99% y este es un número importante porque los universitarios despertamos al ver que no teníamos respuestas del Presidente de la República ni tampoco de la ministra de Educación Superior», dijo en primera instancia Deborah de Valecillos, presidenta de Apucla.
Por su parte, Hernán Sánchez, presidente del sindicato de obreros de la UCLA, insistió en que todas las federaciones están unidas y adelantó que planean reunirse con una comisión de estudiantes persiguiendo un respaldo más contundente.
«Hicimos una programación de protestas que no han surtido efecto. Todavía las autoridades hacen caso omiso a nuestras necesidades y, pese a que por todos los medios posibles les hemos hecho saber nuestras denuncias, siguen sin atendernos», agregó.
Gremio agredido
El trabajador público vive desa-tendido porque el patrón es sordo e ignora las peticiones de sus súbditos. Así lo aseguró Eduardo Mendoza, presidente de Aproupel, quien señaló que la situación vivida por los agremiados, es insostenible.
«Es lamentable que nosotros los académicos, en lugar de estar en las aulas de clase formando a los profesionales de este país, estemos aquí en la calle defendiendo nuestros derechos. Las condiciones de las universidades son terribles porque justamente no asignan los recursos necesarios para mantenerlas. Es denigrante como vive hoy día cualquier trabajador público, incluyendo por supuesto a los profesores universitarios», dijo.
Los consultados coincidieron en que la batalla por sus reivindicaciones continúa y que el jueves 21 y viernes 22 del mes en curso se volverá a escuchar en el Rectorado de la UCLA: «Viva la U, viva la U, viva la Universidad».
Fotos: Ángel Zambrano