“No Soy Enemigo de Nadie”

Henrique CaprilesRadonsky presentó oficialmente su candidatura presidencial ante el Consejo Nacional Electoral. Yo no confío para nada en el ente electoral, lo que le hicieron, por ejemplo, a los compatriotas que viven en el estado de Florida en USA, es una villanía inaceptable. Sin embargo, Capriles, como la mayoría opositora de Venezuela, apuesta a una salida electoral, pacífica y constitucional de la grave crisis que vivimos desde hace 13 años los venezolanos. La situación es insoportable y el evento electoral es una esperanza, a pesar de todos los obstáculos que se han presentado y se continuarán presentando. Durante la inscripción de su candidatura, Capriles fue acompañado por una impresionante multitud que lo acompañó en un recorrido de más de 10 kilómetros, demostrando su juventud, su fortaleza y su excelente estado de salud. Envidia en Miraflores.A esa marcha acudió la gente espontáneamente, a nadie se le pagó, ni se le obligó y Caracas respondió con fervor y entusiasmo, así como mucha gente que de otros lugares del país acudió voluntariamente. De nuevo envidia en Miraflores. Alguien me comentó que la marcha del domingo 10 de junio sólo es comparable, en concurrencia, con la del 11 de abril de 2002.
Indiscutiblemente Capriles tiene una sintonía con el gran público. Por eso fue electo candidato en las elecciones primarias de febrero de 2012. Su juventud, su actitud fresca, lejana a las poses ensayadas de muchos políticos, lo acercan a la juventud que lo aclama y lo sigue y a la gente más humilde y necesitada. Capriles, a pesar de su preparación, leí su récord curricular y ha hecho estudios de pre y post grado  en universidadesmuy importantes de Venezuela y el mundo, no se da ese aire intelectual y académico que ha caracterizado a muchos de nuestros dirigentes políticos tradicionales, sin que con ello quiera hacer una crítica a esa clase política, porque buena parte de ella ha sido muy valiosa y ha hecho aportes de primera al país. Capriles no es un orador en el sentido clásico de la palabra. A veces, por mi tradicional admiración a oradores como Uslar, Villalba o Caldera, me cuesta aceptar esa realidad. Las cosas han cambiado y son otros tiempos. He comprendido que la gente joven prefiere discursos cortos, concretos y sencillos. Capriles me parece un muchacho espontáneo, franco, bien intencionado, ilusionado por servir a su país, un gerente que prefiere hacer antes que hablar. Por supuesto,Capriles está bien lejos de la chabacanería de estos tiempos del chavismo. Lejos de él pronunciar palabras ofensivas y menos aún, palabras soeces y agresivas como las que pronuncia el actual Presidente.
El domingo pasado de nuevo se mostró como es, optimista, desprejuiciado, cercano a todos y lleno de deseos de servir. La expresión que más me gustó, dicha en el contexto de unir a Venezuela y de hacer de todos los venezolanos un solo país, fue la de que “no soy enemigo de nadie”. Nunca Chávez dijo algo parecido y esa sola frase retrata el contraste entre lo que queremos que se vaya: la desunión, el odio, la violencia y la chabacanería y lo que queremos que venga: la unión, la paz, la serenidad, la libertad, el respeto de las ideas y personas, el progreso, la inclusión, el estudio, el trabajo mancomunado de todos los venezolanos para hacer de esta patria un gran país.
Capriles dijo “no soy enemigo de nadie”, “soy enemigo de los problemas, a los que quiero enfrentar y resolver”. “Soy enemigo de la inseguridad y de quienes no quieran resolver ese problema”. Me hubiera sido suficiente esas frases para justificar y dar por excelentes las palabras de Capriles el domingo pasado. Ese es el país que la mayoría desea y es el país de las oportunidades en el que los jóvenes quieren vivir. A partir de allí se puede comenzar a construir un gran país, no será fácil construirlo, pero lo primero que se debe hacer es tener claro cuál es el país que queremos y qué debemos hacer para construirlo y todo indica que Capriles tiene muy clara ambas cosas. A la orden de un Presidente sencillo, sereno, amigo del diálogo y de la verdad, estará todo el país y esa es la esperanza que despierta la actitud de Capriles. Hay un camino y es el de la reconciliación, el trabajo y la paz.