Muchos se preguntarán a qué vienen estas reflexiones sobre Marx, tomadas de las clases de marxismo de Raymond Aron en la Universidad de La Sorbona en París, cuando el gobierno ha dejado de lado -por razones electorales- el discurso ideológico.
En realidad despertó mi curiosidad la utilización de un término tan en desuso como clase obrera, en la identificación de un Decreto ley recientemente promulgado: la creación “del Fondo de Ahorro Nacional de la clase obrera y al Fondo de ahorro nacional”, nombre que contradice ni más ni menos al artículo primero que, al determinar el objeto del Decreto, señala que se refiere a los mecanismos alternativos para el pago de la deuda social con los trabajadores del sector público venezolano y para la promoción del ahorro.
¿Qué nos dice el Decreto, que es, acaso, el propio Estado, la Administración Pública, los capitalistas que oprimen y explotan a la clase obrera? Ahora el gobierno vuelve a hablarnos de clase obrera y no de trabajadores.
La noción de clase está cargada de pasiones y equívocos. Está en el centro de la teoría marxista, pero curiosamente no es el objeto de ninguna de las obras de Marx.
La esencia de esta concepción es transformar la clase obrera en la negación de la sociedad capitalista, ya que mientras ésta se funda en la propiedad, los obreros no poseen nada. Los obreros son unos explotados.
La realidad venezolana la describe crudamente el presidente de Petróleos de Venezuela S. A., empresa donde existen más obreros que en ninguna otra: “no tenemos tampoco una clase obrera que podamos valorar como la clase hegemónica que hará la revolución”. (Punto Final edición 666 julio 2008)
El drama que vivimos en Venezuela es la destrucción de la clase obrera por el gobierno, no tenemos socialismo, no tenemos Estado, sólo unos trasnochados que se adueñaron del poder, que quieren revivir una lucha de clases que hace años desapareció, que por algo se habla de TRABAJADORES.
Para que seamos una Nación, requerimos que el gobierno sea democrático, capaz de satisfacer las necesidades que requerimos los venezolanos, que genere empleo y riqueza, que los ingresos petroleros se inviertan en desarrollo y producción que nos haga independientes de las importaciones, que muestre que la única revolución exitosa es la agrícola. Necesitamos insertarnos en la comunidad internacional aprovechando nuestras ventajas comparativas y desarrollando una política internacional autónoma e independiente, no de eslóganes.
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