En la salida del clubhouse, bajando las escaleras del pasillo que comunica el locker room con el dugout del equipo visitante, en el US Cellular Field de Chicago, José Altuve es detenido por una de las celebridades de los Medias Blancas, Ken «Hawk» Harrelson, narrador, exjugador y exgerente general de la organización.
«Chico, ¿tú eres Altuve?», pregunta Hawk, quien no es de esos de estar detrás de los peloteros y mucho menos de bajar al terreno para acercárseles. Luego de la afirmación del venezolano de los Astros, Harrelson continuó:
«Chico, tú eres un gran pelotero. Estás haciendo un gran trabajo, sigue así. Felicitaciones, eres de los buenos».
Tras los elogios recibidos, Altuve se voltea y pregunta: ¿Quién es ese? Al recibir respuesta, revela que no es la primera vez que eso le pasa, que ya en varias oportunidades miembros de los equipos contrarios se le han acercado para felicitarlo por su actuación en el terreno de juego.
«Una vez fue el de televisión de Colorado que me dijo que yo era su jugador favorito», relevó el camarero. «Esas son cosas raras, pero me hacen sentir bien, porque es una muestra de que estoy haciendo un buen trabajo».
Sin duda, esos halagos no son más que el reconocimiento del estatus que poco a poco ha tomado Altuve en Grandes Ligas y dentro de los Astros de Houston, en donde en estos momentos es el pelotero referencial de la organización.
«En un equipo como este, donde hay peloteros como Carlos Lee, como Wandy Rodríguez y como Brett Myers, que la gente hable de mí es un orgullo, y eso te motiva y te empuja a salir cada día con más ganas al terreno, a jugar duro», contó el pelotero más pequeño de los Astros y uno de los más bajitos actualmente en Grandes Ligas, con una estatura de 1,67 metros.
Palo y palo
El venezolano se ha ganado todos esos elogios y ese estatus en las mayores con su actuación dentro del terreno de juego y, especialmente, por su producción ofensiva.
Altuve es el sexto mejor bateador de la Liga Nacional, con promedio de .326. Ese mismo average lo tiene como líder entre los jugadores de su posición en Grandes Ligas. Sus 78 hits son la tercera cantidad más alta del viejo circuito y la máxima entre los camareros de las mayores. Sus 17 dobles lo ubican en el quinto lugar de ese renglón en su liga y en el tercero del máximo nivel. Sus 25 extrabases son la marca tope entre los camareros de la Nacional y la tercera mayor en Grandes Ligas. Sus 39 anotadas lo tienen como el quinto mejor en ese departamento a nivel general entre los intermedistas y segundo en su circuito. Sus diez robos lideran la LN entre los de su posición y es segundo en las mayores.
Esos son los números por los que Altuve es reconocido como el mejor pelotero de los Astros, con apenas 22 años, lo que lo hace el más joven del equipo entre los jugadores que actúan a diario; y por los que en el primer corte para el Juego de Estrellas salió como el más votado del equipo.
¿Qué ha hecho el venezolano para lograr esos registros?
«Los pitchers han estado atacándome. Sé que no he tomado muchas bases por bolas, pero el hitting coach ha hablado conmigo y me ha dicho que está contento porque estoy haciéndoles swing a los pitcheos buenos, que cuando llegue el momento de agarrar las bases por bolas, que las agarre, pero que mientras ellos sigan atacándome, siga haciendo swing. Esa creo que ha sido la clave, además de seleccionar un buen pitcheo, hacerle swing fuerte y batear la pelota para el otro lado del campo. No puedo conformarme con lo que soy ahora, debo seguir mejorando».
Acerca de la posibilidad de ir al Juego de Estrellas dijo: «Ese es uno de los sueños no solo mío sino de todos los peloteros, pero todavía quedan bastantes juegos para eso», agregó.
Respeto a los caballos
Pese a ese nivel, a ese estatus de ser el mejor pelotero de Houston, Altuve no se escapa de las tareas que a jugadores como a él, que están dando sus primeros pasos en Grandes Ligas –aun cuando debutó el 20 de julio de 2011–, le imponen los veteranos. «Hay que llevarles agua a los caballos», respondió cuando luego de haberse ido a los jardines del US Cellular Field, a prepararse para el juego, regresó al dugout a buscar dos vasos con agua para llevárselos a Carlos Lee, el jugador de mayor experiencia en la novena y quien también se estaba ejercitando. «Así es la vida», sentenció Altuve con una sonrisa.