Medio millar de personas acompañaron este martes hasta su tumba los restos mortales del tricampeón olímpico y mundial de boxeo, Teófilo Stevenson, cuya muerte provocó conmoción nacional y condolencias de otros países.
«Esta vez el campeón nos convoca a un encuentro al que no queríamos asistir» en el que tuvo «un veredicto injusto, pero no definitivo» pues «tiene asegurado un lugar en la memoria» de su pueblo, dijo el presidente del Comité Olímpico Cubano, José Ramón Fernández, al despedir el duelo en el cementerio de Colón.
Cuatro autos fúnebres cargados de coronas florales del líder Fidel Castro y los presidentes Raúl Castro (Cuba), Hugo Chávez (Venezuela) y Daniel Ortega (Nicaragua), entre otras, fueron escoltados hasta la necrópolis por motos policiales.
Stevenson, de 60 años, triple campeón olímpico y mundial amateur de peso completo, falleció el lunes en La Habana «víctima de una cardiopatía isquémica», según el reporte oficial.
Unas 500 personas formaron un coro que gritaba «campeón, campeón» entre palmadas, mientras el féretro dorado descendía en el Panteón del Movimiento Deportivo Cubano.
Junto a su gloria deportiva, su carácter modesto y jovial, Stevenson consolidó su fama al rechazar en 1972 una oferta de un millón de dólares por emigrar, lo que implicaba desertar de la isla, y pasar al profesionalismo en Estados Unidos.
Autoridades políticas y deportivas, el bicampeón olímpico de atletismo Alberto Juantorena, el ex boxeador Félix Savón, tricampeón olímpico y seis veces mundial, acudieron al cementerio a dar el último adiós entre la multitud.
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