Agua Viva cumple 14 años de haber sido elevada como parroquia por disposición de la extinta Asamblea Legislativa de Lara, que a través de la Ley de División Político Territorial, expresó la creación de la tercera demarcación palavecinense publicada en la Gaceta Oficial Nº 701 el 11 de junio de 1998.
Este escenario se concretó por la confluencia de ideas de un grupo numeroso de dirigentes vecinales, quienes creyeron en la autonomía como pujante poblado de artesanos.
En ese sentido, el profesor José Luis Sotillo, cronista parroquial de la localidad, describe que la amplia comunidad de Agua Viva, pasó de rancherías, en el mejor sentido de la palabra, a caserío.
Para Sotillo, Agua Viva, hoy por hoy, es un ejemplo digno de unidad territorial, donde la identidad cultural e histórica se defiende para no pasar al triste olvido y donde cada vecino preocupado por su región, aporta ideas claras y valiosas para reivindicar un amplio vecindario desde El Peñusco, pasando por Santa Cecilia, Las Tunas, Las Uvas, La Cruz Vallecito, Las Cuibas hasta el más remoto escondrijo de la montaña Terepaima y Guamacire, para lograr la mejor parroquia posible.
El marco geohistórico
A juicio del cronista, Agua Viva está enclavada dentro de lo que se conoció, en tiempos de la Colonia, como Sabanas de Tarabana.
En la actualidad posee 15 mil 500 habitantes aproximadamente, según estudio censal del año 2011.
Posee también 86,17 kilómetros cuadrados dentro del contexto del municipio Palavecino.
Es una zona que cobra una notable importancia dado que fue declarada Patrimonio Cultural y Centro de Interés Turístico y Artesanal el 2 de mayo de 2002.
Provino de una quebrada
Reseña el cronista parroquial, que el nombre de la tercera demarcación palavecinense, proviene de una quebrada, cuyos orígenes se remontan a una etapa añeja de la historia conocida como Tarabana y después denominada Agua Viva, por un extraño fenómeno natural, pues en verano la quebrada aumentaba su caudal y en invierno se agotaba a su mínima expresión.
-El escenario era muy favorable para los pobladores, quienes para aprovechar las aguas, construían bucos y raudales, con el propósito de regar los cultivos de caña de azúcar, dato corroborado en un documento inédito localizado en el Archivo General del estado Lara, escritura sucesoral que para el año de 1936, daba cuenta del mencionado fenómeno natural, citó Sotillo.
Intervención predadora
Asimismo, el cronista recalca que Agua Viva ostenta una importancia desde el punto de vista geoestratégica, toda vez la cobijan tres importantes zonas especiales que actualmente se ven amenazadas por la mano del hombre, como lo son: la Zona de Aprovechamiento Agrícola del Valle del Turbio, Parque Metropolitano Pastor Oropeza y el Cerro Terepaima.
Estas referidas zonas naturales están siendo deforestadas por personas inescrupulosas que se han adjudicado tierras para la siembra de diferentes rubros que intervenidos con agrotóxicos, perjudicando la galería filtrante de Guamacire y el mismo valle.
-El Parque Metropolitano, como el Parque Nacional Terepaima, son áreas vitales para la preservación de acuíferos, fauna silvestre y protección de especies arbóreas localizadas en el sitio, que vemos con preocupación porque no gozan de guardaparques que se encarguen del control y vigilancia permanente.
Equivocación toponímica
Aclara Sotillo, que existe un sector vinculado al Gobierno, que ha intentado relacionar la montaña Terepaima con el cacique, «que en nada tiene que ver el guerrero aborigen con la zona. De hecho existen 20 topónimos diseminados a lo largo y ancho de la geografía venezolana, por tanto desmentimos esta versión oficialista».
Claman un plan especial
Desde la creación de la parroquia Agua Viva, hasta el presente tanto los vecinos organizados de la localidad como el cronista parroquial, han elevado sus exhortos a los organismos legislativos y administrativos del municipio, con el propósito de diseñar el Plan Especial de Ordenamiento de la parroquia.