Un taxista que se encontraba recluido en el hospital central universitario Dr. Antonio María Pineda, desde la madrugada del sábado 2 de este mes, murió ayer en la mañana, tras una penosa agonía.
Pedro José Gámez Oropeza, de 29 años, barquisimetano, hijo de Francisco José Gámez y Brígida Oropeza de Gámez, y que tenía como pareja a Yeleni con quien procreaba dos hijos, residía en la calle 4, entre las carreras 3 y 4, del barrio 12 de Octubre y trabajaba desde hacía cinco años con la empresa Taxi Express.
La noche del sábado 2 de junio traía en el carro que manejaba a su suegra, Ramona Elena Escobar, de 54 años, domiciliada en la calle Los Piños de La Carucieña; y a su hija, de 13 años, cuya identidad se mantiene en reserva por apego a la ley.
Se dirigía, desde su residencia a La Carucieña para llevar a Ramona Elena Escobar y se había hecho acompañar de la niña.
Cuando se desplazaba por la vía que sirve de empalme entre los barrios 12 de Octubre y José Félix Ribas, su vehículo fue atacado a tiros por el parrillero de una moto, que vestía una chaqueta negra. El conductor de la máquina llevaba camisa rosada.
Se ignoran los motivos por los cuales se produjo el ataque, toda vez que Gámez no tenía enemigos y no había tenido problemas con nadie, presumiéndose que el atacante es un gatillo alegre.
El taxista fue alcanzado en la región intercostal del lado iqzuierdo; Ramona Elena Escobar recibió una herida rasante en el lado izquierdo de la cabeza y la niña, dos balazos en el hombro izquierdo.
Gámez pudo llegar hasta la casa de su hermana Ruth Gámez, de 30 años, quien lo trasladó al ambulatorio de La Carucieña, al igual que lo hizo con la señora Escobar y la menor.
Los médicos ordenaron enviar a los tres heridos al hospital central universitario, donde la suegra del taxista y su hija fueron curadas y dadas de alta, mientras que Gámez quedó recluido.
Pero, pese a los esfuerzos de los médicos ayer falleció, a las 6 de la mañana.
Familiares exigen justicia
En las inmediaciones de la morgue estaban la abuela de Gámez Rosa de Gámez; su tía, Belén Gámez y otros familiares.
Además de la niña de 13 años, el infortunado conductor de plaza estaba procreando un niño de 6 años y esperaba el nacimiento de una criatura de tres meses y medio de gestación.
No sabemos el motivo por el cual el pistolero que iba de parrillero arremetió contra Pedro José, porque mi sobrino no se metía con nadie y era una persona que no le gustaban los problemas, dijo Belén.
Queremos que haya justicia y las autoridades procedan a identificar al asesino y su cómplice, expresó por su parte, la abuela Rosa.
CICPC inicia investigación
Una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas se encargó ayer de las investigaciones del caso, procediendo a buscar en sus residencias a las testigos de la agresión.
Ramona Elena Escobar al hablar con los periodistas mostró el balazo que le pasó de chaflán en la cabeza, dejando una estela en su cuero cabelludo.
Yo lo quería como un hijo, dijo. Era una persona muy tratable, amable, cordial y de buen ánimo todo el tiempo.
Esa noche fuimos perseguidos sorpresivamente y Pedro José cuando vio a los dos hombres en la moto, sospechando que eran peligrosos, aceleró el carro; pero, el que lucía chaqueta comenzó a disparar.
-¿Cuántos tiros oyó usted?
-Seis, seguiditos, y estuvimos todos a punto de morir.
La niña manifestó, por su parte, que ella tuvo oportunidad de ver de cerca a los individuos y recuerda perfectamente como vestían.
La comisión se trasladó con las testigos al sitio donde se produjo el ataque, que es un sitio muy transitado por vehículos, ya que viene siendo una encrucijada de los barrios mencionados.
Fotos: Edickson Durán
