Un domingo sabroso vivió la mayoría de la ciudadanía barquisimetana. Amaneció lloviendo y por ende, las nubes ocultaron el cielo durante la mayor parte del tiempo.
La temperatura se mantuvo en un nivel agradable y fue ocasión propicia para optar por la casa como refugio de descanso en un día legalmente no laborable.
Las precipitaciones abarcaron buena parte de Barquisimeto y Cabudare. Comenzaron en la madrugada y se prolongaron hasta pasada la mitad de la mañana. Inclusive, lloviznas dispersas cayeron en el transcurso del día.
Algunas familias abortaron el plan de salir y arriesgarse a pescar un resfrío, y prefirieron quedarse en la seguridad del techo propio.
Diferente fue el caso de aquellas personas cuya vivienda está ubicada en una zona de riesgo como el borde de una quebrada o en la periferia de la zona urbana donde no hay mayores servicios, quienes tiemblan al ritmo de truenos y relámpagos y se asustan cuando las gotas empiezan a caer desde el cielo.
Instituciones como Bomberos de Palavecino e Iribarren, Protección Civil y otras fuerzas de seguridad y salvamento, se mantuvieron atentos al reporte de eventualidades. Sin embargo, no hubo reportes por los cuales generar alarma ni movilización.
Para quienes correspondió salir a cumplir con alguna obligación de guardia laboral tocó echar mano del impermeable, las botas y el paraguas, de manera de no sucumbir ante la sorpresa de un nuevo evento lluvioso.
Lo que sí falló, una vez más, fue el sistema de drenajes de agua pluviales en Cabudare y Barquisimeto. Las aceras quedaron tapadas de agua que no pudo escapar rápidamente por las alcantarillas y bocas de sapo, y calzada completamente oculta de agua revuelta.
Las lagunas fueron varias, con mayor énfasis en la cuadrícula central de nuestra ciudad.
Una de ellas, en la calle 22 entre carreras 17 y 18. Otra en la carrera 21 entre 31 y 32. Y sólo por mencionar dos de las tantas.
Conductores y peatones piden a la municipalidad que ejecute pronto un plan de drenajes para la ciudad, ya que es cada vez peor el problema del almacenamiento de agua en calles y avenidas sin que siquiera haya sido una lluvia fuerte y prolongada.
Asimismo, piden una programación más rigurosa de mantenimiento de bucos y quebradas ya que tienden a representar un riesgo cuando llueve toda vez no hayan sido debidamente saneadas.
Foto: Elías Rodríguez