Para muchos de nosotros es común escuchar cientos de explicaciones científicas sobre los numerosos problemas ambientales que amenazan con minar la existencia humana y el perfecto equilibrio planetario. La información preocupante que inunda diariamente los historiales investigativos arroja datos sorprendentes acerca del mundo en que vivimos y el sin fin de beneficios que minimizamos por nuestra creciente mentalidad consumista, la cual ha sido una conducta desarrollada a partir del crecimiento demográfico y económico. Es por esto que el objetivo principal de este articulo no será el de aportar directamente datos y explicaciones científicas, sino mas bien buscar el enfoque humanístico y conductual marcando y señalando las causas principales por las cuales el “ecologismo” es una práctica y un ideal que puede actuar como verdad suprema ante los eternos conflictos de la raza humana
Para nadie es un secreto que a lo largo de la historia el ser humano ha estado en constantes problemas ideológicos y religiosos en busca de aquella verdad absoluta, que por naturaleza siempre se desea. Esto ha creado diversos enfoques en numerosos aspectos de la vida humana, llegando en casos ya conocidos a conflictos lamentables que marcan un antes y un después en etapas antrópicas. Ejemplos claros de esto son los conflictos políticos y religiosos, renombrados desde la invención de la escritura. Si ya bien se conoce una gran red de variantes que dividen a la población mundial, siempre se ha preguntado si puede existir algún hecho o alguna teoría que, indiferentemente de la forma de pensar de cada quien, sea un patrón universal que todos tengan comúnmente, es decir, algo que vaya mas allá de la creencia o la existencia de un Dios, de un líder, doctrinas políticas eficientes y únicas, diferencias de razas, entre muchos otros.
Ahora bien. ¿Por qué se hace énfasis en esto? Sencillamente porque al pensar en estos temas ¿Puede existir creencia teológica, movimiento político, social, cultural o musical sin un ambiente sano y ecológicamente equilibrado? ¿De qué sirve luchar por un determinado territorio, si estos al pasar los días aumentan sus índices de desertificación en la mayoría del globo terráqueo? Y más importante aun ¿De que sirve luchar por la permanencia de una doctrina religiosa o por el apoyo mayoritario hacia un líder -político o religioso- o dios, si no cuidamos lo que, por mayoría, se encuentra en estas doctrinas y libros sagrados, como lo es la naturaleza? Desde cualquier perspectiva ¿No es el recalentamiento global y la contaminación un problema que aislado de cualquier otro tema, atenta contra el desarrollo antrópico o la prologada existencia humana? Definitivamente, si, y no es un problema de un sector de la población, es inevitablemente un problema en el que todos somos protagonistas.
Teniendo esto en mente, es importante que se defina ecologismo como “un variado movimiento político, social y global, que defiende la protección del medio ambiente para satisfacer una necesidad humana, incluyendo necesidades espirituales y sociales”. Hay que señalar, que al ser una persona ecologista, no necesariamente se va a hablar de una persona radical o fanática en ese tema, lo que se busca con este ideal es más, un modo de percibir el ambiente y la naturaleza con respeto, con sustentabilidad y con el valor suficiente para entender que, simplemente la tierra, el locus donde todos los seres vivientes estamos, es lo más importante para que exista la vida. Es ahí donde conectamos lo anteriormente dicho con el ecologismo, ya que el mundo entero se inquieta por un sin fin de conflictos, pero cuesta abrirse al ámbito más importante de todos, que son los problemas relacionados con el ambiente, específicamente el más grave de todos: cambio climático.
Es por esto, que se debe pensar en el cuidado del ambiente como una realidad que va mucho más allá de cualquier interés común que ya se conozca. Es, por sobre todas las cosas, el aspecto más importante para desarrollar la vida de la mejor manera posible, y el tema más importante para tocar asuntos políticos, económicos, sociales, culturales y de educación, porque al pensar en el ambiente pensamos holísticamente y lo definimos como “el todo”, la esencia para vivir en equilibrio con lo que nos rodea.
Es importante que el ecologismo esté regido por políticas ecológicas que ordenen los ítems para que en cada nación se dé lo necesario para el cuidado del medio ambiente, y se logre concientizar y perpetuar este nuevo modelo de vida para que en el futuro los problemas ambientales no sean motivo de conflictos, sino de una unión imperecedera. Es por esto que cada nación debe tener dentro de su Constitución artículos referidos a políticas orientadas al ambiente, para que estas a su vez sean desarrolladas sobre leyes orgánicas que logren asegurar el pensamiento global, adaptado a la acción local de las comunidades, con la intención de llegar a cada rincón del planeta.
