Al final de la semana pasada aparecieron varios afiches en Caracas con la foto de Diosdado Cabello y con la frase “Diosdado Presidente”. Cuando vimos la noticia, pensamos por un momento que era algo irrelevante y que no tendría ningún tipo de efecto, ya que la reacción natural a que nos tiene acostumbrado el Gobierno es endosar toda culpa al imperio, a la oposición, a la burguesía, a la oligarquía. Creo que no dejo a ningún otro culpable por fuera. Pero para nuestra sorpresa, no fue así.
El primero en referirse al asunto fue el personaje en cuestión, como queriendo decir inmediatamente: ¡Yo no fui! Pero lo relevante fue lo que puso Diosdado en su primer tweet: “Para ellos la lealtad no existe. Nuestro único candidato es Chávez” Y luego agregó en otro: “Creen que le van a sumar votos al majunche o a dividir al chavismo”. Por su parte, Izarra dijo que era una “Guerra sucia majunche”. La jefa del Distrito Capital, Jaqueline Faría, indicó: “Diosdado es el hombre más leal al presidente Chávez”. Nos preguntamos si con esta última afirmación pretenden insinuar que dentro del Psuv hay personas no tan leales ¿A quién se refería Jaqueline? ¿A Jaua? ¿A Maduro? Además alineada con Cabello quien había mencionado la lealtad.
El más relevante de todos fue el comentario del propio Presidente, quien del tiro tuvo que “aparecer” por teléfono, después de varios días perdido, diciendo: “Todos unidos por encima de diferencias, nada de pesonalismos, grupismos o infatilismos, es la patria la que está en juego”. Más claro no canta un gallo. El mensaje era directo para los que ya están en la lucha por la sucesión. No olvidemos que ya hay encuestas del Gobierno que preguntan por Jaua, Maduro y Diosdado para ver qué tal salen los números. El Presidente, al ver los afiches, dijo: ¡Cuidado! ¿Cuáles son esos grupos? ¿Fue infantil pegar esos afiches? ¿Quiénes son los personalistas? ¿Diosdado?
Es irrelevante discutir quién colocó los afiches. Ese pequeño e insignificante evento logró develar lo que está ocurriendo dentro del Psuv. Una lucha por la sucesión del poder. Independiente de lo que ocurra el 7 de octubre, ya dentro del Psuv hay una carrera por el reemplazo de Chávez, motivado por la enfermedad.
Lo sucedido refleja desconfianza, deslealtad y división en el seno del Psuv. Si eso no estuviera pasando, no hubiese sido necesario tanta aclaratoria o referencia a los afiches. Y mucho menos por parte del Presidente quien tuvo que levantarse de la cama a mandar línea. Como diría mi abuela “No aclares que oscureces mijo”. Si todo estuviera “normal o excesivamente normal”, el afiche hubiese pasado como simple anécdota. “Diosdado Presidente” es una muestra de que la procesión va por dentro.
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