Da la impresión de que pasamos de un país pacífico a una eterna protesta de todos lados y ni siquiera se dan cuenta que cada protesta debe ir acompañada de otra propuesta que invite a la convivencia, al trabajo honrado, donde abunden la ética y el amor por el trabajo con prioridad de rescatar los valores en este momento ahuyentado en nuestro país, por falta de voluntad, de amor a nuestro país y desunión en la búsqueda de una visión compartida que sirva como base a sacar provecho de la adversidad, en búsqueda del respeto mutuo también temporalmente ausente y que tánta falta hace para fortalecer nuestra estima, y seguir haciendo y contribuyendo al crecimiento de la patria por medio de la voluntad creativa sin ser una carga para el Estado, sino un socio espontaneo que sólo pide o exige seguridad y garantía para su esfuerzo.
El mundo se sorprende incrédulamente que un país tan rico como el nuestro tenga tantas dificultades, donde los hogares están acéfalos del calor de sus hijos que los vio nacer.
Es triste la cantidad de jóvenes profesionales que están ocupados en trabajos que les degrada ajenos a su profesión con la cual soñaron y por la decadencia de no conseguir trabajo la mayor parte obligatoriamente ha tenido que emigrar, aportando su talento en otros países, llenos de tristeza por abandonar a su país, en búsqueda de seguridad a sabiendas que ha dejado su corazón aquí en el país más rico y bonito del mundo, mientras aquí aumenta el desempleo y se estimula el comercio informal y se castiga al que produce y paga sus impuestos.
La desaparición de las industrias y el productor privado cada día están más desanimados por no decir a punto de extinción, sin que nadie les garantice seguridad y se les estimule sus iniciativas como forma de aumentar el desarrollo como hacen en el Japón, que cuando quieren que la economía aumente, también aumentan las jornadas de trabajo y la seguridad a los hacedores, aquí es todo lo contrario se castiga al productor y se premia al destructor.
Me viene a la memoria un mensaje que nos dejo John Wolfang Von: “audacia y acción”: ”Pierde el tiempo hoy y mañana será igual y pasado aun peor, cada indecisión conlleva sus propios retrasos y los días se pierden lamentándose del tiempo perdido, estas decidido pues no dejes escapar el presente, la audacia es genialidad, poder y magia en sí misma, basta con que te comprometas y la mente se enardece, empieza ya y se realizara el trabajo”.
Ojala este mensaje lo lean quienes están pensando al contrario y se den cuenta que ese no es el rumbo a seguir.
Ruego a Dios por que encontremos el rumbo en nuestro país, que el espíritu santo nos envié del cielo un rayo de su luz, que nos ilumine y nos traiga amor, la convivencia y el buen vivir, el rescate de los valores, así como el ánimo a seguir luchando aun siempre en nuestro país.
APOSTILLA
Cuando estaba escribiendo estas reflexiones recibí la lamentable y triste noticia de la desaparición física de mi mas alta estima de, Doña Latiffe Salomón de Sangurima, quien deja un gran vacío al partir al llamado de Dios, al eterno viaje sin retorno, dejando profundas e imborrables huellas para ser recordadas con amor, respeto y admiración, esta abnegada esposa, madre y abuela, fue siempre admirada y querida por sus familiares, amigos y allegados, desde hace muchos años considerando a la infalible compañera de nuestro distinguido amigo: Rubén Sangurima Torres, jamás observe en ella un gesto que no fuese de bondad, humildad y amor por su hogar y su amado Rubén a quien tuvo en un pedestal y altar de amor, toda su vida vivió a tiempo completo contemplando a su amado Rubén .
Bien merecido y ganado por usted querido hermano Rubén, pues usted también vive para ella y por ella. Su noble proceder lo que merece son premios y eso fue lo que Dios le dio poniéndole en el camino ese encuentro con LATIFFE, durante más de cincuenta años para hacerlo feliz a usted a sus hijos Elisa y Rubén y a sus nietos.
Tengo fe Doctor Sangurima, que su querida esposa esta en el cielo en permanente vigilia por su bien estar, haciendo votos por su pronta recuperación espiritual.
Comparto el dolor con usted: Rubén, se lo que está sufriendo y la tristeza que lo embarga, le confieso de todo corazón mi querido amigo que yo también estoy sufriendo al verlo sufrir a usted huérfano del amor de toda su vida, adelante, necesitan de su amor, su calor sus hijos, nietos y amigos que lo apreciamos.
