Las mujeres embarazadas se encontraban a las afueras de la Emergencia Obstétrica del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda.
Algunas esperaban por sus familiares, para que ellos le entregaran los insumos que les habían sido requeridos en este centro de salud, pues desde hace una semana no los tienen y no pueden atenderlas sin estos recursos.
La señora María Camacho está ahí desde el 27 de mayo con su hija, quien no puede hacer el trabajo de parto y necesita una cesárea.
«Ya mi hija tiene 42 semanas, primero me remitieron al Pastor Oropeza, de allá me rebotaron para acá. Y entonces aquí me comienzan a pedir de todo y lo que no han entendido es que si yo vengo para acá es porque no tengo los recursos económicos para cancelar. Son más de 500 bolívares fuertes en insumos que debemos adquirir», dijo María Camacho, quien hizo un llamado a la ética de los médicos, ya que corre peligro la vida tanto de las embarazadas como de los niños que llevan en su vientre.
Por su parte, la doctora Endrina Jiménez, coordinadora de la Emergencia Obstétrica, dijo que «sí, el problema es de insumos y escapa de las manos de los doctores. Ya es una situación de la institución. Les pedimos que traigan los materiales sobre todo a las pacientes que están estables, a las que deben ser atendidas de emergencia no. El hospital trabaja con un presupuesto y muchas veces es insuficiente».
De 64 a 100 mujeres embarazadas reciben en la Emergencia Obstétrica diariamente. Laboran 21 médicos y seis enfermeras en tres turnos.
Foto: Simón Alberto Orellana