Su moderna forma de vela de barco gigante esconde un desnudo espacio interior: la luz diurna ilumina tenuemente un imponente y solitario monumento a Bolívar, que custodiará los restos del prócer en el nuevo mausoleo caraqueño, el último tributo de Hugo Chávez al Libertador.
Levantada en pleno centro colonial, anexa al Panteón Nacional, la obra de 50 metros de altura y recubierta de cerámica blanca destaca flamante entre viejos edificios de viviendas, divisándose desde diferentes puntos de la capital.
Aunque todavía no ha sido inaugurado, la talla y la modernidad del exterior del mausoleo -su interior nunca ha sido mostrado públicamente-, suscitan opiniones encontradas, pero el gobierno destaca por encima de todo la necesidad de que el prócer cuente con un mausoleo digno de su gesta y valor histórico.
«Ha habido siempre en el ambiente la sensación de que Bolívar necesitaba un mausoleo. Hubo muchas críticas sobre (el hecho de que sus restos) no estaban en condiciones de dignidad para lo que él significa», afirma a la AFP el ministro para la Transformación evolucionaria de la Gran Caracas, Francisco Sesto.
Un sarcófago de caoba y piedras preciosas
Los huesos del prócer (1783-1830), libertador de cinco naciones de América Latina, han permanecido desde 1876 en el Panteón Nacional -una antigua iglesia más pequeña-, conviviendo con otros héroes venezolanos.
Ahora serán depositados en su sarcófago de caoba y piedras preciosas -estrenado en diciembre-, sobre una sencilla estructura elevada de granito en el mausoleo, a los pies del monumento del siglo XIX del escultor italiano Pietro Tenerani.
«Bolívar dijo ‘yo moriré como nací, desnudo’. Esto está allí, es un edificio muy austero, una apuesta por los valores esenciales de la arquitectura», dice el ministro Sesto, a la vez co-arquitecto de este proyecto de un costo global de unos 600 millones de bolívares (unos 140 millones de dólares).
Al mausoleo se accederá por un zaguán que lo conecta con el Panteón Nacional, que a su vez adquirirá una función de vestíbulo: «La tumba de Bolívar se podrá divisar desde que subes la escalinata de la entrada», dice Sesto durante un recorrido por las obras concedido a la AFP.
La convivencia espacial de estos dos edificios de proporciones y estilos disímiles -uno neogótico del siglo XIX y el otro actual-, es precisamente lo que ha generado las críticas de algunos expertos.
Proporciones polémicas
Para el arquitecto Oscar Tenreiro, el mausoleo «minimiza el panteón de una manera absolutamente desconsiderada. Lo que refleja es un ego desproporcionado, una distorsión de la proporción de las cosas», dice a la AFP este premio nacional de arquitectura.
También el profesor Juan de Dios, presidente de la Sociedad Bolivariana de Venezuela, que promueve la obra y la vida del Libertador, critica sus dimensiones: «No había necesidad de construir una obra faraónica ni napoleónica. Bolívar no era ni una cosa ni la otra», expresa.
De Dios lamenta además que el mausoleo fuera tomando forma en «secreto», defendiendo que «lo grande hubiese sido tener un debate abierto y creador entre los artistas venezolanos y del continente» sobre su diseño.
Pero Sesto repudia las críticas, atribuyéndolas a «motivaciones políticas» en una sociedad muy polarizada o a una simple resistencia a la novedad.
«Yo creo que toda persona que entre con buena fe se va a conmover», dice el ministro, recordando la «intensidad» con que los venezolanos viven hoy en día su «relación» con Bolívar.
Foto: AP