Jeferson Rafael Pacheco Arroyo, de 18 años de edad, asesinado de forma brutal y dejado abandonado en la entrada del sector Mis Viejos, en el Paso de Tacarigua en la vía a Duaca la madrugada de este pasado sábado, no presentaba antecedentes penales ni era una persona problemática.
Al infortunado muchacho no sólo le abrieron la región mesogástrica y región abdominal anterior, sino que también, aparentemente, le extrajeron algunos órganos vitales como el hígado y los riñones. Además le dieron un tiro en la cabeza y frente.
Su atribulada madre, Cecilia Arroyo, contó a los periodistas que a su hijo lo vieron por última vez a la una de la tarde del pasado viernes en la calle 8 de la urbanización Rómulo Betancourt, al norte de la ciudad, cerca de Las Veritas.
El joven salió a casa de un amigo y cuando regresaba a su residencia, supuestamente funcionarios de la policía intentaron detenerlo haciendo unos disparos al aire. El muchacho corrió y logró perderse por una quebrada del sector para salvar su integridad.
En el operativo por la zona la policía revisó algunas casas pero no encontró el chopo que aparentemente estaban buscando. La familia del destrozado muchacho presume que los funcionarios tuvieron algo que ver con la muerte del chamo. En la comunidad donde vivía lo calificaron como tranquilo y de buen corazón.
Se insiste en la tesis en que la víctima pudo haber caído en manos de algunos miembros de una secta satánica o traficantes de órganos, pero la familia culpa a la policía y pide al Cicpc investigar el caso hasta las últimas consecuencias.
Foto: AZ