Visitar Santa Inés, en el municipio Urdaneta, es encontrarse con suficientes muestras de lo que es la indiferencia oficial a las necesidades de una población.
La vialidad se encuentra destrozada por completo, comenzando por la vía principal que le cruza de sur a norte hacia los límites con el estado Falcón.
Los huecos y zanjas son numerosos y cuando llueve se convierten en charcas que han provocado accidentes automovilísticos, afortunadamente sólo con lesionados y no víctimas mortales.
Pero si la calle principal se encuentra en malas condiciones las del interior de Santa Inés lo están peores, algunas sólo transitables con vehículos rústicos debido a las profundas y extensas lagunas que les adornan.
«Eso tiene muchos años que no le hacen un cariñito porque ni el alcalde ni sus subalternos vienen por acá», dijo Francisco Gómez, conductor de un auto.
Sobre todo las que se encuentran en la parte alta de la población, al oeste, la mayoría son simples caminos de bueyes por lo que resulta todo un sacrificio pasar, más aún en horas de la noche cuando todo es tiniebla pues el alumbrado público también es inexistente.
Pero en Santa Inés las autoridades municipales tampoco se preocupan por los símbolos patrios y una prueba de ello es el estado de abandono en que se encuentra la plaza Bolívar.
Pedro Vargas, del consejo comunal del sector, dijo que hace mucho tiempo que no se le da mantenimiento a ese lugar, a pesar de las gestiones que ha hecho la comunidad ante la alcaldía de Urdaneta.
No cuenta con grama ni plantas ornamentales, los árboles se están secando y los vecinos no pueden permanecer en la plaza en horas de la noche debido a la oscuridad reinante pues no funciona ninguna de las lámparas que, se presume, son las mismas instaladas cuando se inauguró ese sitio de reunión.
Obra abandonada
Pero frente a la plaza Bolívar de Santa Inés existe otro monumento a la desidia y al derroche oficial.
Se trata de dos amplios módulos que estaban destinados, supuestamente, a una escuela de medicina integral donde cursarían jóvenes de la zona norte del estado Lara.
Allí se invirtieron unos cuantos millones de bolívares y cuando los vecinos del sector esperaban que en poco tiempo sería puesta en servicio la empresa encargada de la obra desapareció, supuestamente por falta de presupuesto.
La estructura, a punto de ser concluida, está deteriorándose, y sino fuera por la presencia de dos vigilantes privados, que de paso están esperando les cancelen sus salarios, ya estaría desmantelada.
El dirigente comunal Pedro Vargas hizo un llamado al comandante Reyes Reyes, en Corpolara, para que se termine la edificación y se inicien las actividades que estaban programadas para llevarse a cabo.
Fotos: Luis Salazar