En el contexto de la educación universitaria contemporánea, la calidad académica impregnada de excelencia, es uno de los constituyentes de mayor relevancia en la gestión de la educación superior con propósitos de transformación intrínseca, en la búsqueda del desarrollo humano integral sostenible; porque su determinación se encuentra coherentemente relacionada con los procesos de la evaluación curricular y la acreditación académica de las universidades. La calidad académica es un referente social e institucional y sus resultados deben ser analizados e interpretados en términos cognoscitivos y conductuales, así como también en cuanto a la producción intelectual y científica, y cómo dan respuestas las universidades, a las necesidades y a la realidad problemática del entorno social, económico y político.
La aparición de la globalización, es la característica más relevante del siglo XXI, porque transforma el paradigma de la relaciones interestatales vigente. Esta categoría conceptual, es un proceso multidimensional que comprende los aspectos relacionados con la economía, la ciencia y la tecnología, la educación, la cultura, las comunicaciones y la política. Pero es importante comprender que los progresos tecnológicos están transformando significativamente la estructura productiva. En ese sentido, se necesitan enfoques renovados y políticas lúcidas, a objeto de fortalecer en la gestión de la universidad, su capacidad de mediación, desarrollar su competitividad y mejorar su inserción en el ámbito internacional. Ello constituye un reto estratégico que las universidades venezolanas tiene que asumir como un imperativo del siglo XXI y coadyuvar a la formulación de políticas de Estado para un futuro alargado.
La gestión de las universidades venezolanas, necesitan de un mejoramiento sustancial de la competitividad, la cual implica conocimiento, tecnología, gerencia de información y destrezas; en consecuencia significativa con el incremento de la calidad del sistema de educación superior y la formación de los recursos humanos integrales por competencias.
Competitividad, es la inserción progresiva del progreso técnico y científico a la estructura productiva. En la sociedad del conocimiento, compiten las corporaciones empresariales, los sistemas educativos, las condiciones sociales y las políticas de desarrollo humano integral sustentable, es decir, es la sociedad y el país mismo quien compite. La gestión eficiente y eficaz, es imprescindible para la existencia de un sistema de educación superior de excelencia colmada de calidad, con la ayuda de una pedagogía que motive hacia la innovación, la creatividad y el espíritu de investigación pertinente en los estudiantes.
La educación universitaria interdisciplinaria, de calidad y permanente es una inversión prioritaria, para impulsar el desarrollo humano de Venezuela, porque las instituciones universitarias constituyen el epicentro del subsistema de Ciencia y Tecnología y les corresponde estimular el espíritu creativo y la investigación científica, el cual constituye el inicio de un esfuerzo de transformación científica- tecnológica. En ese sentido, la transformación académica de la institución universitaria, está enfocada hacia una universidad creativa, innovadora y proactiva, centrada en la estrategia de la educación continua, combinando estudios presenciales, a distancia y virtuales. Por eso, el reto de una gestión universitaria auténtica, es como transformar la universidad tradicional por una universidad interactuante, creativa e interviniente.
La universidad venezolana, debe hacer énfasis esencial en su función fundamental como productora de conocimiento con valor agregado; avanzar iterativamente en el desarrollo de la educación a nivel de postgrado; y responder con productividad, eficiencia y eficacia ante la realidad problemática del país, porque el progreso exige el desarrollo de una sociedad del conocimiento. La universidad debe asumir sus responsabilidades socioculturales y liderizar la indagación científica en función de coadyuvar a la satisfacción de las necesidades básicas de la población. La calidad académica de la universidad, debe avanzar sobre su argumentación intrínseca real, y debe cumplirse a través de la formación interdisciplinaria actualizada de los profesores, quienes orientaran adecuadamente el desarrollo intelectual de los estudiantes; y por medio del aprendizaje significativo innovador, el cual facilita la estimulación proactiva de los educandos, permitiendo su crecimiento personal y su desarrollo social, a través de principios, valores y conocimientos con valor añadido que lo transformen en ciudadano solidario y útil para la sociedad y el país. La calidad de la formación universitaria, «es el hombre como ser humano» con sus convicciones, sus capacidades y sus potencialidades desarrolladas en función de su desenvolvimiento existencial y de sus responsabilidades socioculturales, a través del progreso en el «aprender a aprender», «aprender a ser», «aprender a convivir», y «aprender a emprender».