Hace años la Alcaldía de Palavecino dejó de tomar a La Mata de Cabudare como una de sus prioridades, pese a ser una de las urbanizaciones más antiguas de la entidad local y por ende, una de las más pobladas.
En ese sentido, residente del lugar, señaló que se encuentran abandonados y sepultados en la desidia oficial.
-La Alcaldía olvidó que en La Mata existen calles transversales, y que también hay necesidades de que se efectúen los correspondientes barridos a calles y aceras, acentuó Loyo.
Agregó que el desmalezamiento de las aceras es competencia de la municipalidad, «más no de los vecinos, como ha referido el ciudadano alcalde en más de una oportunidad».
Vale más que el oro
Asimismo Loyo aseguró que las avenidas 3, 4 y 5 con las calles 9, 10, 11 y 12, exhiben numerosos cráteres, deterioro general y daño en las aceras.
Las calles más perjudicadas son la 10, 11 y 12, por donde el asfalto es más preciado que el oro en polvo.
Por donde pasa la novia
Indicó el vecino que la Alcaldía incluye en su programación de bacheo o asfaltado general, «aquellas calles por donde pasan más vehículos, aquellas que son más vistas, para dar la impresión de que algo por lo menos se está haciendo, pero la realidad es otra».
Aseguró que las calles de La Mata intervenidas por la Alcaldía, son aquellas donde viven dirigentes del partido de Gobierno, «pues no es criticable, porque en fin se benefician otros más, pero es preponderante que el operativo de rehabilitación sea para todos».
-Aunque, como dije anteriormente, hay calles que ya han recibido la gracia del alcalde Coroba, y ya están deterioradas nuevamente por la calidad del pavimento y el riguroso control fiscal, recalcó.
Una selva en la ciudad
Comentó que de las aceras enmontadas, «a más de un vecino lo ha espantado una culebra, además de otros animales que viven y se reproducen en esa selva dentro de la misma ciudad».
Inseguridad y tinieblas
Norma Castillo, habitante de la calle 5 de La Mata, acotó que la policía no pasa por la zona ni por equivocación, aunado al deficiente sistema de alumbrado público que mantiene la zona en tinieblas.
Fotos: Luis Alberto Perozo Padua