Los accidentes cerebrovasculares (ACV) conducen a efectos devastadores en los pacientes, se conoce que en el mundo dejan a cinco millones de personas con algún tipo de discapacidad permanente cada año.
La incidencia de muerte debido a un accidente cerebrovascular es más alta (casi el doble) en pacientes que padecen de fibrilación auricular, y por aparecer de forma repentina, las personas afectadas y sus familias no están preparadas para enfrentar la carga física, psicológica y económica.
La fibrilación auricular (FA) es el ritmo cardíaco sostenido anormal más común en los adultos y multiplica por cinco el riesgo de un accidente cerebrovascular.
En los pacientes que padecen de FA, las cámaras superiores del corazón (los auriculares) dejan de contraerse debido a impulsos eléctricos rápidos e irregulares, como resultado, no se bombea completamente la sangre fuera de las cámaras superiores durante los latidos cardíacos. Las paredes de la cámara se vuelven pegajosas, lo que hace que las células sanguíneas se queden pegadas. Esto significa que la sangre puede acumularse y formar un coágulo dentro del auricular, que pueden desplazarse a los vasos sanguíneos del cerebro, bloqueándolos y ocasionando un ACV.
En Venezuela, se cree que hay 230.000 personas que padecen de FA, y se prevé que esta cifra aumente a un millón para 2050, además, se ha pronosticado que el número de ACV al año aumentará de forma dramática a medida que la población envejezca, y que para 2024, el número de muertes debido a ACV en América Latina casi se triplicará. Es importante recalcar que los ACV como resultado de la FA son los más severos y están asociados con tasas elevadas de mortalidad y discapacidad, y una probabilidad de muerte del 50 por ciento al siguiente año.
En América Latina, donde hay un elevado nivel de gastos de bolsillo para los costos de la atención médica, la carga económica es mayor, los estudios en América Latina han demostrado que el porcentaje de pacientes con FA que reciben terapia adecuada y en cumplimiento de las pautas para la prevención de coágulos varía de forma importante. De manera que el sub-uso de la terapia anticoagulante en pacientes que padecen de FA que están a elevado riesgo de accidentes cerebrovasculares está asociado con un riesgo significativamente mayor de coágulos sanguíneos, accidentes cerebrovasculares y muerte.
Foto: Archivo