Los directivos de la Escuela Bolivariana Ciudad de Maturín, se enteraron el lunes 28 de mayo que algo había sucedido en cuatro salones de clases e inmediatamente se trasladaron a la institución. El martes a primera hora de la mañana, el resto de la comunidad educativa que se incorporó para reanudar las actividades, luego del feriado regional, quedó sorprendida al observar los destrozos.
Más de la mitad de las sillas, mesas de los cuatro salones atacados por sujetos desconocidos fueron destruidas, en el suelo estaban los materiales didácticos (libros, cuadernos del proyecto de vida, dibujos y algunos cuadernos del seguimiento para las calificaciones), así como los vidrios de las lámparas y pinturas derramadas de distintos colores.
Al observar lo ocurrido, los padres y representantes tomaron la decisión de llevarse a sus hijos. Las clases fueron suspendidas, sólo por el día martes 29, mientras se esperaba la supervisión de los cuerpos de seguridad y de funcionarios de la Zona Educativa.
Los daños no habían sido cuantificados hasta el mediodía del martes; sólo se supo que en el salón que resultó más afectado hurtaron 162 bolívares, que estaban guardados en uno de los estantes bajo llave y que formaban parte de la autogestión que se lleva a cabo para mejorar áreas de la institución.
El hecho se conocía desde el lunes porque los obreros que llegaron para asear la escuela se percataron de los daños y notificaron a los directivos, quienes dieron parte al Cicpc, pero allí les indicaron que nada podían hacer dado que se trató de un acto de «vandalismo».
Carmen Orellana, subdirectora Académica de la escuela, dijo que en las aulas dañadas ven clases los niños de tercero «A» y «C», cuarto «B» y «D», de educación básica. Ninguna de las cerraduras fue forzada, se presume que entraron por las ventanas.
«La directora llamó a los cuerpos de seguridad el mismo lunes pero se quedó esperándolos; después comunicó a los consejos comunales y estos estuvieron en el plantel hasta el anochecer. Hoy (ayer) fuimos temprano al Cicpc y nos dijeron que si no había robo debíamos hacer un inventario de los daños para consignarla; si determinan que hubo un robo, iniciarán las investigaciones. La directora se trasladó junto a otros trabajadores del plantel a la Zona Educativa».
Hasta la fecha las actividades se habían desarrollado con normalidad.Se conoció que es la primera vez que ocurre un acto de vandalismo dentro de las aulas de clases. «Hace muchos años vivimos una situación similar pero en una de las oficinas… no creemos que se trate de miembros de la propia institución».
La representante Leyda Escalona aprovechó la ocasión para recordar que el comedor de la escuela, ubicada en el barrio San José, cumplirá un año cerrado.
«Fue clausurado por problemas en la red de cloacas y no ha sido posible su reapertura debido a las exigencias de la Contraloría Sanitaria y a la falta de recursos económicos para adecuar el espacio». Hasta la fecha reciben el servicio para los 759 alumnos mediante la modalidad de la bandeja servida.
Fotos: Edickson Durán
