La Red de Instituciones Larenses ¡En acción!
La fuerza que proviene de los principios enmarcados en la ética, la moral y la probidad en una gran mayoría de los ciudadanos que ancestralmente han conformado a la República de Venezuela, Bolivariana desde su independencia, tiene su huella imborrable en la transmisión genética de una serie de preceptos irrenunciables; por lógica, razón y sensatez de la transmisión tradicionalmente efectuada, de ese arraigo libertario que, cual transfusión sanguínea heredamos y llevamos en el cuerpo.
Por lo tanto, es prácticamente imposible que no se pronostique que está próxima la victoria sobre la avasallante delincuencia que ha hecho victima a casi un cien por ciento de la población. El Alma Grande de la India; Mahatma Gandhi decía: “La historia ha demostrado que por invencible que parezcan los tiranos… Siempre caen”. “Lo único que necesita el mal para vencer es la inacción de los buenos”. Inversamente a la manera que el mal avanza son menos los que quedan creyendo que a ellos no los van a tocar. La acción sistemática del hampa ha demostrado históricamente, que no tiene raza, color ni ideología. La tiranía impuesta por lo más nefasto que pueda existir en una nación, la delincuencia que impone toques de quedas; que acaba con hombres, mujeres, adolescentes, niños y niñas; la que deja a su paso viudos, viudas y huérfanos; que se lleva a nuestros hermanos, la misma delincuencia que invade propiedades; que roba, hurta y atraca apropiándose de nuestros bienes y que arrasa ciudades enteras actuando como ganado en estampida, más temprano que tarde hará reaccionar a la población. No se trata ya de diferencia de clases sociales, la anarquía legal llegó a las barriadas populares. Allá, se están invadiendo viviendas de humildes familias que han logrado tener un espacio “propio” a través del trabajo honesto. ¿Cómo se puede describir o denominar a lo sucedido días atrás en el barrio El Malecón, donde golpearon y vejaron a una señora y a sus familiares, entre ellos, a sus nietos y nietas? Pronto, la ciudadanía misma, ante la indiscutible realidad, exigirá de manera contundente la implementación del Estado de Derecho, con el establecimiento del Estamento Legal tradicional e internacionalmente aceptado. Somos ejemplo en el mundo por nuestro espíritu libertario y democrático, hemos sido también, icono indiscutible en elaboración de leyes fundamentadas en la equidad e imparcialidad. Es historia, la ley siempre se impone y es el camino a la paz. La dama justiciera, diferenciándose de la venganza, siempre ha demostrado que: “La paciencia es la virtud de la sabiduría” y, que sabe esperar para utilizar su espada y restablecer el equilibrio. Las autoridades a quienes compete la responsabilidad de restituir la seguridad garantizada constitucionalmente, referente a la vida y a los bienes de los venezolanos como derechos humanos fundamentales, están obligados a la rendición de cuentas.
¿Qué pasaría si se cumple con el texto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, realizada en la Organización de las Naciones Unidas, 1948; que consagra el derecho al trabajo y a tener una remuneración digna y suficiente, para que el trabajador pueda satisfacer sus necesidades básicas, para sí y para su familia? ¿Qué pasaría si los delincuentes no tuviesen que arriesgar sus vidas, integridad física y/o su libertad? Que pudiesen vivir en paz con sus seres queridos. Acaso la libertad no está en tener el libre albedrío de alimentarnos adecuadamente; de adquirir una vivienda propia sin dañar a nadie; de adquirir un automóvil para poder movilizarnos en el país donde no existe ningún sistema de transporte masivo; de poder ejecutar el derecho a la sana recreación; a tener acceso a un buen sistema de salud y/o de educación. ¿Acaso esto no es parte de la Venezuela que queremos? “Creemos que esto no es un sueño, todo lo contrario, es posible en el Imperio Petrolero más Grande del Mundo” y… ¡Estamos dispuestos a lograrlo!
