El grado degradante de nuestro sector educativo durante los últimos 14 años es de pronóstico reservado y se hace necesario poner en marcha políticas serias y concretas para salvarla de este deslave y de este profundo pozo de la mediocridad.
Los contenidos, la planificación y estrategias deben tener un propósito bien definido en cuanto a la integración del personal de las instituciones educativas, el fomento de la participación activa de todos, determinando cuáles son las debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas del entorno interno y externo. La crisis educativa genera cambios y dentro de la agenda social de Capriles está implícito por lo tanto que los procesos de cambio se generan a partir de un conjunto de factores críticos que deben impulsarse. Capriles conoce esta realidad y entiende que es necesario descartar viejos paradigmas que están enquistados en el sistema educativo y no permiten actualizarse para alcanzar la calidad educativa que se espera para el presente y el futuro.
Es notorio el crecimiento de la oferta educativa con la saturación de las instituciones, deterioro del compromiso docente, la falta de estímulo hacia la profesión, la carencia de un autentico liderazgo del directivo. Existen proyectos desarticulados sin la dimensión del consenso necesario, lo ciañ genera resultados improductivos. Capriles quiere gerenciar, conducir e implementar instrumentos dinámicos donde participen todo el equipo escolar y lograr herramientas valiosas para desarrollar estrategias de un mejoramiento continuo en el marco de un plan orientado a satisfacer las necesidades de los individuos y la sociedad.
