Desde hace ya un tiempo, he querido escribir sobre los grafitis. Manifestación urbana que se realiza sobre paredes u otras superficies y que daña obras de arte, fachadas de edificios o señalización del tránsito, como también, invade avisos y espacios urbanos.
Es más un placer de destruir, manchar y dejar la “huella” de que: “Aquí, rayé yo”. Y es en esa circunstancia que el grafiti deja de ser arte urbano o arte callejero, para convertirse en un vandalismo.
Al hablar de grafitis hay que hacer la distinción entre los verdaderos grafiteros, que van a buscar lugares abandonados, cercas, palizadas o escombros que se convierten en algo que modifican por la creatividad de estas personas que cambian, inventan y recrean formas y colores; figuras inventadas a partir de una pared abandonada, dándole otra visión a esos escombros y en ese momento podemos decir: Es arte urbano.
Por el mundo hay ejemplos de brillantes trabajos realizados con la gran particularidad que son obras efímeras. Sin dudas, que encontramos en paredes abandonadas o en lugares que le han cedidos a los grafiteros, obras de jóvenes que pueden ser llevadas a lienzos. En algunos países, esos gestos, líneas, colores y manchas tienen su sitio; creaciones que han sido expuestos en museos y galerías, como los artistas, el inglés Banksy y el norteamericano Jean Michel Basquiat han logrado un gran éxito.
Ahora vamos a analizar cuando esos grafitis se convierten en un acto vandálico. Son realizados sin ningún estudio y son gestos dejados en una bella pared, aviso, paradas de autobuses, y es muy grave, cuando se realiza sobre una obra de arte, como son los grafitis sobre la obra: Monumento al sol, del maestro Carlos Cruz Diez; la destrucción de las ovejas de la divina Pastora, obra que hace un año fue dañada y destruida en parte, ahora, por segunda vez, las ovejas son destruidas, pero uno no sabe quién es, lo mismo la obra del artista Antonio Vargas, fue manchada hace un año.
El Arte Urbano que lucha contra la inclemencia del tiempo y a veces por la ignorancia y el desapego de las personas, no se valora. Podemos hablar de la obra de Armando Barrios, que está a las afueras del Colegio Gualdrón, a veces, rodeada de escombros y sobre ella: grafitis y afiches. ! Es una lástima! Obras de artes de la ciudad, huérfanas, a veces, sin dolientes, están allí para brindarnos su belleza, sus formas y colores.
Sin dudas, que las manifestaciones de los grafiteros, también, quieren su espacio, pero son ellos mismos, que tendrán que ser creativos y respetoso de la propiedad pública o privada, un grafiti sobre una obra de arte, es un atentado a la creatividad del artista que la realizó. Es un insulto a la colectividad, porque no aporta nada esa manera de expresarse, no dice nada ni es creativo. Un grafiti realizado sobre la fachada de una casa, una obra de arte urbano, un aviso o señalización, es simplemente: Vandalismo. El arte urbano es necesario, el arte público forma parte de nuestras referencias dentro de la ciudad. Se convierten en iconos referenciales de espacios de la urbe. En Barquisimeto en los últimos años se ha ido llenando de obras de artes que están diseminadas por toda la ciudad y que contribuyen a enriquecer el patrimonio cultural de la urbe. Encontramos desde obras, que son interpretaciones de un nuevo paisaje, otros, con figuras, algunos abstractos, que embellecen el ambiente.
Hace días pasé frente a mi mural, observé los grafitis, sentí un gran malestar. Obra que durante dos años me dedique a ensamblar colores y formas. Me preocupa, ya que es una obra que las observaciones que yo hice en cuanto a su construcción no se tomaron en cuenta. En la parte de arriba, entre la obra y la baranda crece el monte y eso no forma parte de ella, hay que protegerla con cemento, me preocupa, todo su mantenimiento. Está allí, imponente, amada por muchos, odiada; por otros. A veces, piedras u otros elementos han quebrado baldosas y un carro dejó sus huellas estropeando algunas cerámicas. Hay una parte, donde el cemento está descubierto, es el lugar donde debería estar el logo de la Alcaldía. Este mural, es una creación para Barquisimeto y sus ciudadanos, sin distención de credo, filosofía o partido político.
Ayer, en mi tristeza, me hice un paseo por la red, en esa gran autopista de la información. Me sorprendí, que el mural está por todos lados, en páginas web de lugares lejanos. Encontré un sitio en checo, donde aconsejan enviarles los vídeos a los amigos, quedé impresionado. Hoy, las obras urbanas en Barquisimeto sufren la consecuencia de gestos vandálicos, como es la obra del maestro Carlos Cruz Diez, reconocido internacionalmente, la obra de la Divina Pastora maltratada, destruida, y mi obra: “Geometría y colores para Barquisimeto” ultrajada, violada, manchada, grafiteada con formas vandálicas, que hoy pegados allí, como un virus que contaminan y afean mi obra; obra para Barquisimeto, la cual, es un testimonio que refleja y manifiesta mis sesenta años dedicados al arte.
El grafiti cuando se realiza sobre una obra de arte, se llama: vandalismo, cuando se realiza con creatividad en lugares permitidos y sin destruir espacios, de esa manera, se convierte, en arte urbano, arte que puede ser comprendido y admirado, si no, esos gestos, esas manchas son mal visto por la colectividad. Habrá que limpiar mi mural, que entre, la naturaleza, el deseo de algunos en destruirlo y los grafitis, van destruyendo una obra que se ha proyectado internacionalmente. Siento una gran tristeza…