El profesionalismo y la pulcritud del reconocido bailaor español Antonio Canales invadieron el pasado fin de semana, en doble función, los espacios del Teatro Juares de Barquisimeto, donde la pasión del flamenco se hizo sentir segundo a segundo.
Antojo fue el nombre que recibió este delirante espectáculo que congregó a múltiples artistas en escena; cada movimiento y golpe de tablas simbolizaron experiencia, técnica y habilidad.
Luego de varias funciones en el país el español no cesó en energías y desbordó de emoción.
El venezolano David Moreira, reconocido ejecutante del violín y el cajón flamenco, dio inicio al espectáculo, junto a una cuarentena de damas y niñas del instituto Danzas Granada, también integrantes de la Orquesta Infantil y Juvenil de Cajones, quienes entre finas y elegantes posturas adoptaron posiciones para tomar el instrumento.
El violín de Moreira se paseaba por notas españolas y venezolanas, mientras las bailaoras percutían los cajones. Las palmas del venezolano y las miradas cómplices también dictaban la pauta en el opening.
Por aguas fue una de las piezas en la cual Moreira acompañó a las bailaoras de Danzas Granada. Esta vez con el violín y ellas con un número de baile. El público no paraba de aplaudir al venezolano.
Durante la primera parte del encuentro flamenco los concurrentes también disfrutaron las hermosas presentaciones de las escuelas Ballet Flamenco Mirabrás y Ballet Sacromonte. Requiebros y Colombianas, fueron las piezas respectivamente presentadas.
Las sublimes bailaoras Keyla Pineda, Elisa Álvarez y Leonor Cortez, desbordaron de pasión en el escenario con ese «sentimiento al vuelo que anda por la vida» del Loco caballero.
Abanicos y castañuelas fueron algunas de las indumentarias empleadas en esta parte del colorido espectáculo.
Singulares Antojos
La fusión entre lo más puro y vanguardista del flamenco fue el verdadero Antojo de Canales, al dar vida a este espectáculo que se pasea por algunos países de Latinoamérica.
Un equipo de 12 artistas, integrado entre otras personalidades por la entregada bailaora Mónica Fernández y el venezolano residenciado en España, David Moreira, también famoso por sus trabajos de fusión del flamenco y los géneros venezolanos, dio vida a este espectáculo, en el que los concurrentes experimentaron a flor de piel el Antojo de este embajador cultural que destaca por su singular zapateo.
A la escena del Teatro Juares se sumaron los músicos de Canales, quienes con el género en las venas, entonaban esos pasajes aflamencados que detonaban un mundo de pasiones en los bailaores.
Con los españoles Juan José Amador y Gabriel de la Tomasa en las voces, Juan Jiménez y Víctor «El Tomate» en las guitarras y José Antonio Álvarez en la percusión se prendió esta rumba flamenca de alta factura; un show mesurado de excelente melodía, iluminación y vestuario.
Ataviado de negro y con una bufanda color rojo en su cuello se montó al proscenio el español de inigualable fuerza en sus brazos. Los años de experiencia se apreciaban en cada movimiento.
Los zapateos del español de 50 años de edad hablaban de un hombre de sangre española, de ímpetu y pasión. Todo su cuerpo daba vida a un mismo lenguaje. En su rostro se apreciaba la vehemencia de su acto, que lo llevaba de un lugar al otro en el escenario, mientras compartía con los cantantes de este Antojo.
La romántica guitarra española y los cajones, gritaban ¡olé! entre palmadas, mientras el público vibraba de emoción al apreciar el baile de uno de los más destacados exponentes del género.
La técnica de la dama del flamenco, Mónica Fernández, luego tomaría el Teatro Juares para demostrar lo que significa la herencia del flamenco.
Su mirada era firme y su imagen impecable. Ataviada de negro, Fernández interpretaría la pieza Heridos de amor; su veloz arte y taconeo sacudieron cada fibra del Teatro Juares. A Canales lo acompañaron también en escena las bailaoras Triana Prats y María Victoria Blanco, quienes al igual que Fernández, desbordaron de furor en las tablas.
Los jaleos de Antojo, la rondeña Aires de Ronda y el fandango musical Torero, fueron algunas de las piezas expuestas en escena durante la gala.
La noche de Antojo culminó con una segunda salida de Canales, quien bailaría Solea, en una participación mucha más enérgica.
Foto: Elías Rodríguez