Reuters: Canjes petroleros secan a PDVSA

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Los precios del petróleo en marzo llegaron a su mayor nivel en cuatro años, pero desde entonces el barril ha caído con fuerza y prácticamente borró sus ganancias del 2012. 

El petróleo venezolano bajó a 101,63 dólares la semana pasada, un precio que genera dudas sobre el futuro, en especial porque el panorama no es muy auspicioso con una profundización de la crisis de deuda en Europa y una desaceleración económica en los países que motorizan la recuperación global, como China.

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En un sondeo de Reuters publicado este mes, los analistas bajaron sus previsiones para el precio del crudo Brent en el 2013 y un creciente número anticipó que promediará menos de 100 dólares ese año, frente a los 106 dólares a los que cotiza actualmente y los 128 dólares de marzo.

Venezuela ha dicho que considera 100 dólares como un precio justo para el barril petrolero.

China y más allá

De una producción de crudo y líquidos de gas natural de 3,13 millones de bpd en 2011, PDVSA dejó de cobrar 1,35 millones, en gran parte debido a pactos como el que tiene con el Banco de Desarrollo de China, que otorgó a Venezuela unos 32.000 millones de dólares en créditos a cambio de petróleo.

El país de la OPEP también envía barriles en condiciones muy favorables a Cuba y a sus socios de Petrocaribe y del Acuerdo Energético de Caracas, un pacto creado por Chávez en el 2000 del que actualmente se benefician Bolivia, Paraguay y Uruguay.

KPMG, que audita los resultados de PDVSA, dijo que el valor de las exportaciones de crudo y productos a China creció un 260 por ciento a 14.637 millones de dólares entre el 2009 y el 2011.

El Banco de Desarrollo de China (BDC) le presta dinero al Gobierno venezolano a cambio del crudo que recibe la estatal China National Petroleum Corporation (CNPC) a un precio fijo.

CNPC abona los barriles al BDC a valor de mercado. Un parte de ese dinero se usa para pagar los intereses y el servicio de deuda y la otra -el excedente entre el precio convenido y el precio real- queda a disposición de PDVSA, sólo si el Gobierno autoriza a la petrolera a retirar los fondos.

Documentos oficiales filtrados por la oposición revelaron que el mecanismo causa graves problemas de caja a PDVSA, situación que empeoraría si Venezuela sigue solicitando créditos a ese país, tras la ampliación en mayo de la capacidad de endeudamiento de uno de los fondos a 8.000 millones de dólares.

Sólo por el acuerdo con China, la firma estatal dejó de percibir 12.895 millones de dólares entre el 2010 y el 2011 y de los excedentes recibidos muy poco quedó en sus manos, pues Chávez ordenó acometer proyectos no petroleros con el dinero.

En Centroamérica y el Caribe, el panorama no es muy distinto: Chávez flexibilizó en el 2009 los acuerdos de financiamiento, que ahora permiten que hasta el 70 por ciento de la factura se pague a largo plazo.

Las naciones beneficiarias, que en algunos casos han recibido condonaciones de la deuda y en otros refinanciamientos, también pueden pagar con bienes y servicios, desde ganado hasta médicos profesionales, lo que afecta aun más la caja de PDVSA.

Mercado interno deprimido

La depresión del mercado interno de combustibles, donde PDVSA lidia con un subsidio que ha hecho a Venezuela famosa por tener la gasolina más barata del mundo, le genera pérdidas año tras año, muchas veces desapercibidas por el alza del petróleo.

Sin recibir ajuste alguno en los últimos 14 años, el bajo precio de la gasolina se ha convertido en un símbolo para el país, lo que dificulta cualquier intento de incremento del Gobierno y de PDVSA por sobrellevar las pérdidas.

Aunque la estatal no especifica en sus reportes la situación de las ventas internas, el precio de un litro de gasolina equivale a 2 centavos de dólar, lo que permite llenar el tanque de un carro pequeño con menos de un dólar.

Mientras los dueños de las gasolineras se quedan con la totalidad del importe de la gasolina, pues el precio de venta es inferior a los márgenes de ganancia que les fijó el Gobierno, el sector eléctrico, que fue estatizado en el 2007, tampoco paga en efectivo el suministro de diésel y fuel oil.

Algo similar ocurre con el gas licuado de petróleo, negocio en que los precios congelados del mercado interno -el cilindro más pequeño cuesta 86 centavos de dólar- obligan a PDVSA a pagar el diferencial a distribuidores y expendedores.

Así, PDVSA sólo cobró una mínima fracción de los 646.000 bpd de combustibles que inyectó el año pasado al mercado interno.

Esto -que se suma a la creciente provisión de barriles a países amigos como Cuba, China, Siria, Bielorrusia, Irán, Uruguay y Argentina bajo convenios políticos y a la alta exigencia de recursos de Chávez en medio de su carrera por la reelección- impide ver la luz al final del túnel para PDVSA.

«Venezuela podría seguir vendiendo reservas a futuro, pero llega un momento en que se pone en duda la viabilidad del modelo por más petróleo que se tenga. Si se utiliza todo lo que se produce para pagar deuda, ¿Con qué se vive?», dijo Tissot.

Foto: Archivo

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