Terra nostra

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Inmediatamente ha poblado la red de redes, actualizando las enciclopedias de uso diario. Mereció por todos estos años ser nobelado, quien ahora se marcha a las otras vastedades culturales.

Casualmente, en días pasados, alguien festejó el presumido noviciado lector con “Aura” para darle una nota distinta a la banalidad que cursa en las redes sociales. Un dejo de nostalgia nos remontó hacia mediados del bachillerato, reconociendo al celebérrimo Premio Internacional Rómulo Gallegos gracias a la tarea encomendada por la mecánica profesora que, repitiente de los esquemas del aún fresco pregrado, no sospechó jamás cuán importante sería el mexicano en nuestros afanes de juventud luego de pasearnos en la enorme y fantasmal casona, junto al protagonista de un cuento largo con sobrada dignidad de novela corta.

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Algo ahora insospechado, Fuentes era accesible en las librerías y los viejo-libreros de la ciudad. Cubrimos distraídamente las varias etapas del novelista que nos desafió con la premiada “Terra nostra”, al fin después comprendida gracias al hallazgo de un estudio que, igualmente hoy insospechado, fue novedad en lo que fue la meritoria Biblioteca Nacional. Nos acompañaron sus ensayos de comprensión iberoamericana, aunque no hemos alcanzado el más reciente título de actualización de una literatura a la que nos introdujo bajo el sello de Joaquín Mortíz.

De cierta y fundada vanidad, su voz todavía recorre los documentales que nos llegan a través de la televisión por suscripción, colocando el acento crítico en lo que somos, hemos sido y aún deseamos ser. Por las limitaciones del mercado editorial nacional, habida cuenta de un control cambiario que lo afecta para beneficiar otros renglones, faltan títulos viejos y nuevos que las juventudes de ahora necesitan conocer para la coincidencia, discrepancia y superación.

Uno de sus representantes más notables, el llamado boom de la literatura latinoamericana nos permitió identificar y polemizar con sectores intelectuales que, al parecer, no tienen reemplazo. Y no lo tienen, entre otros motivos, porque la banalidad que campea no permite descubrir y apropiarnos de un distinto pensamiento en este lado del mundo.

Se va Fuentes, terra nostra. Esperamos por los que vienen, aún cuando no hayan ido.

@luisbarraganj

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