Ya nadie quiere visitar la plaza José Ángel Álamo

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«Antes las personas solían sentarse a disfrutar el parque, hoy rara vez lo hacen, es demasiado peligroso», lamentó una habitante de Residencias Los Pinos, situadas frente a la plaza Dr. José Ángel Álamo, en la Urbanización del Este (en las cercanías de la iglesia Santa Teresita) y que no quiso identificarse por temor a represalias.

En efecto, en el pasado, el lugar era ideal para la recreación y seguro. Había una fuente en funcionamiento, ahora seca; caminerías, hoy erosionadas; vegetación, comida por la maleza; canchas deportivas, en el presente despintadas; bancos en perfecto estado e iluminación adecuada… y para la fecha, todo abandonado.

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Pero esto es una nimiedad frente a la problemática que se presenta de «forma cíclica» en la plaza, explicó Javier Domínguez, quien vive en la zona.

El lugar se ha convertido en espacio anárquico en el cual se reúnen drogadictos, campean antisociales e incluso mendigos. «Y lo irónico es que diagonal a la plaza, está ubicada la Universidad Experimental de la Seguridad (UNES), donde forman a los policías», dijo Domínguez.

Habitantes de la zona se quejan constantemente, ya sin saber qué hacer. «Llamamos al 171 también, pero no ocurre nada», dijo visiblemente frustrado Domínguez. Hace unos años la fuente vacía fue pintada en su interior de símbolos satánicos, y desde hace ya largo tiempo, van y vienen drogadictos, que además han sido descubiertos manteniendo relaciones sexuales en un callejón frente a la plaza.

Ni a misa en paz

«Cada vez que iba a misa tenía que atravesar la plaza, entonces pasaba casi corriendo, mirando a todos lados», recordó Angélica Viloria, vecina de la zona y quien dejó de acudir al oficio religioso en Santa Teresita.

Comentó también que se construyó un módulo policial en la plaza pero nunca se usó, en consecuencia, también está abandonado.

Sostuvo que viven alrededor de seis mendigos, quienes, desde hace ya un buen tiempo, incluso tienen instalados colchones en la plaza y toman bebidas alcohólicas.

Johnny González, vigilante de una de las urbanizaciones adyacentes al sitio, comentó que los mendigos no son tanto el problema, si bien dejan tirados los envases de comida en la plaza, defecan en las cercanías y rompen las bolsas de basura en toda la manzana, buscando comida.

Lo peor, a su juicio, es que se venden drogas en la plaza. Ya no hay luces que protejan a las personas al oscurecer y se cometen actos vandálicos; incluso se han reportado violaciones: «La plaza Álamo es como una boca de lobo», afirmó.

A su vez, Javier Domínguez comentó que los estudiantes ensucian el sitio, el cual utilizan como espacio de descanso.

Se suma la ausencia de Imaubar. El organismo responsable del aseo urbano no mantiene la plaza, y cuando lo hace, los responsables apenas «rastrillan un poquito y luego… a descansar toda la mañana sin hacer nada. A todas estas a ellos lo que les interesa es cumplir con el horario, pero no cuentan con supervisor, así que todo queda más o menos igual».

A su vez, al nuevo alumbrado sólo le falta una virtud: funcionar. Los faroles no encienden. «No sirven, así que da lo mismo», dijo Domínguez.

Guarida de drogadictos

Por su parte, Arturo Medina, habitante de la manzana donde está situada la plaza, ratificó que «es una guarida de drogadictos; está muy descuidada… de paso los árboles están llenos de plaga».

La petición de los vecinos se traduce en dos palabras simple: seguridad y mantenimiento. Será la única forma de lograr recuperar el espacio para la vida.

Hablan los mendigos: Nosotros la cuidamos

Son los señalados. Los acusados por los vecinos. Pero, ¿qué dicen los mendigos de la plaza?

«Nosotros cuidamos la plaza, aquí viene gente fea, pero los mantenemos a raya, porque después nos echan la culpa a nosotros, entonces pagamos los platos rotos», dijo quien se identificó como Antonio José.

Justifican su presencia en el lugar por no tener un hogar. «No tenemos casi ayuda de nadie, pero quien más nos ha ayudado es Henri Falcón que a veces nos pasa plata y los de la universidad (UNES) que nos dan comida».

La historia comenzó en 1977

En 1977 fue inaugurada la actual plaza Dr. José Ángel Álamo, pero al principio se le denominó Parque del Este.

En octubre del año 1978, se colocó el busto del insigne médico venezolano Dr. José Ángel Álamo, en la plaza que desde entonces recibió su nombre. Este doctor fue el primer médico egresado de la Universidad de Caracas en 1793; también se destacó como firmante del Acta de Independencia. Fue gran amigo de Simón Bolívar y Andrés Bello.

Fotos: Rebecca Roggen

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