También me entero de un atentado contra un ex ministro colombiano del interior Fernando Londoño, que deja dos escoltas muertos. Y es que, la muerte sea cual sea su signo, es de lo más democrática. Ataca y se lleva a cualquiera sin discriminación alguna. En nuestra patria este ejercicio democrático deja decenas de muertos semanalmente, algunos por enfermedad, pero la mayoría son víctimas del hampa… una ayudante para que la parca cumpla sus propósitos y nos mantenga con esta «sensación de inseguridad».
Pero es que, desde todas las zonas del país, nos enteramos de las partes de guerra semanales. Pareciera, más o menos, el momento del inicio de algunas dictaduras caribeñas donde mucho disidente u opositor aparecía muerto -inexplicablemente – y siempre desaparecían sus familiares, si protestaban. Estos Tyranosaurius caribeñus son, por fósiles y por tiranos, dignos de un estudio paleontológico para desenmascararlos y dar a conocer al público la verdadera biografía de estos «señores», que modelan la conducta de otros tiranuelos y sirven de refugio a un altísimo costo – económico y socio-político – Acontece, también, que sus adláteres empiezan a deslindarse de ellos y a ponerlos en evidencia. Sin dudar de la confesión de sus crímenes e ilícitos, ellos ahora quieren erigirse en modelos del deber y la justicia; pero es que además se dan el tupé de reconocer sus desaguisados de lo más serenos. Mientras los otros, que se quedaron en esta patria -por ahora- andan de carrerita intentando que les entreguen al Eladio, pues los gringos le dicen es Aporte Aporte… y el susodicho como que está diciendo de todo y para todos. Ciudadano, por demás, que fue Fiscal Militar y Magistrado condecorado por el ducado chavista barinés. Y todos los cargos que ejerció fueron asignados por el legislativo y el ejecutivo
rojo rojito. Uno, un común mortal, no entiende como de la noche a la mañana el «camarada» arrancó para Costa Rica con la anuencia – supongo – de las autoridades venezolanas y solo después que contactó a los norteamericanos, es cuando pasa a ser un delincuente, como le denominan ahora.
Luego el otro «caballero» Luis Verasque Algohay, o algo parecido, soltó, como dicen los muchachos: el yoyo y chispeó a varios más. Tampoco sabían de él los «camaradas» y fue director de la DEM (Dirección Ejecutiva de la Magistratura) nombrado por ellos «mesmos». Como reza el famoso refrán: «La culpa no es del ciego sino de quien le dio el garrote». Ahora no encuentran a quien endosarle sus culpas y viven inventando Comisiones, Leyes, Protestas (como la ridícula de querer acusar a la oposición de violencia contra los medios, habría que ver) y presumo que la sala situacional está en muy mala situación. Aún así hay que mantener el contacto con el pueblo que ya se cansó de esperar respuesta y solo obtener mentiras y promesas a futuro, que en catorce años no le han cumplido. Culmino, amigo lector, recordando otro adagio popular que dice que: «Cuando las ratas abandonan el barco, es porque está a punto de hundirse»
Saludos…