Planteamientos: La responsabilidad social: Estado y Empresa

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 En reafirmación de planteamientos relacionados con el cambio de época al cual asistimos desde hace una décadas atrás, la emergencia de lo social como preocupación en el ámbito mundial encuentra en el tema de la responsabilidad una de sus manifestaciones más visibles.

Una aproximación a lo que sería la evolución o, con más precisión, si se quiere, la construcción histórica de la idea de responsabilidad social, en el caso de su significación tanto para el Estado como para la empresa, pasa por ubicarla en el contexto en el cual surge. Ello remite a considerar que en sus orígenes se tuvo como atributo o facultad que la sociedad, al organizarse políticamente en el Estado-Nación, delegaba la responsabilidad por lo social en dicha entidad, mientras que el sector empresarial quedaba a cargo, en nombre de la iniciativa privada y del mercado, del desarrollo de la economía. El pensamiento liberal durante siglos se encargó de refrendar dicha tesis, de tal manera que en la gestión de las empresas, como valor central, no aparecía lo social.

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En medio de la crisis de los años treinta, el siglo pasado, el Estado asume un rol de mayor intervención en la economía al recomponerse en el denominado Estado de Bienestar o «Welfare State», incluso convirtiéndose en estado- empresario, a la luz de los modelos de desarrollo que se pusieron en práctica, sobre todo en América Latina, auspiciados por la CEPAL.

En el contexto de las transformaciones que se operan en el ámbito mundial, globalización de por medio, y que marcan la revolución paradigmática, encadenada a la revolución microelectrónica, ecológica, de género, política, con la aparición de nuevas perspectivas de análisis, se cuestionan los enfoques y modelos de desarrollo, planteándose dentro de un espectro que supera el economicismo, las propuestas de desarrollo humano, desarrollo sustentable, desarrollo endógeno y desarrollo local, entre otras.

Esa revisión de los postulados teorías y modelos analíticos existentes hasta esa época, toca las puertas de la Teoría de la Organización y el campo de la Teoría Administrativa, entre otros factores, impulsada con la aplicación de la Teoría General de Sistemas y la comprensión del entorno de la empresa. La Gerencia y la Planificación Estratégica incorporan dentro de sus contenidos junto con los factores internos, a los factores externos, y su análisis mediante la matriz FODA, en la determinación de escenarios posibles, como base para la toma de decisiones. Las tesis acerca de las ventajas competitivas, como clave para la supervivencia son referentes de la responsabilidad social.

El enfoque de los grupos de presión o stakeholders, también es tributario de esta nueva concepción en materia de responsabilidad social empresarial. Se admite, por esta vía, que en la empresa, como entidad social, se configura toda una trama de intereses relativos a: los accionistas, propietarios, directivos, empleados, sindicatos, proveedores, acreedores, clientes, gobierno y comunidades, la cual no puede ser ni ignorada ni subestimada al momento de monitorear y hacerle seguimiento a las actividades, programas, proyectos y planes formulados con base en los objetivos, la misión y la visión que conforman la ahora denominada filosofía de gestión.

La responsabilidad social de la empresa, asociada a una práctica filantrópica con la cual se inaugura dicha idea y la creación de Fundaciones, posteriormente, con el ánimo de hacerle frente a la carga impositiva del Estado, progresivamente cede espacio a la convicción de crear una cultura y arraigar valores acerca de la recomposición de la relación empresa- sociedad, en el contexto actual y por venir. Al lado de los balances financieros, ahora las empresas comienzan a exhibir los balances sociales. En alusión a las ventajas y beneficios que genera, hay autores que afirman: «La responsabilidad social es un negocio».

Nos llama la atención que en el tratamiento del tema, muchos docentes e investigadores, en diversos proyectos de investigación, eluden aspectos de esta contextualización. Incluso, suelen omitir que el reconocimiento de esta tendencia, desde el Estado, opera en el sentido de su incorporación como precepto constitucional por parte de los gobiernos, como en el caso venezolano.

En ambos casos, para los sectores vulnerables, lo relevante es como se asume el compromiso por la deuda social acumulada, mediante la responsabilidad por parte del Estado y las empresas.

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