La Venezuela actual al igual que la España de los años treinta, ha coincidido en un punto en común, ambas han vivido las consecuencias de gobiernos socialistas con claro sesgo anticlerical.
No intento contar la guerra civil española ni menos la Dictadura de Francisco Franco que vino luego. Tampoco contaré que entre el 11 al 13 de Mayo de 1931 fueron quemados 107 edificios religiosos en toda España, en su mayoría iglesias. Más bien intento contar que las raíces de ese conflicto pudieran estar aún presentes en la Venezuela de la Quinta República.
Un Santo que le tocó vivir esos acontecimientos en España contaba:
«En aquella época a pesar del ambiente religioso, del fondo católico de mi patria, los hombres estaban bastante lejos de Dios… Las mujeres tenían de ordinario un pietismo, casi siempre sin demasiado fundamento doctrinal. A los caballeros les daba vergüenza ser piadosos, se respiraba el aire de la Enciclopedia; y duraba el empujón triste del siglo XIX».
Se redactó una Constitución muy anticatólica en la España de 1930, donde establecía que la iglesia no debería impartir educación, se amenazó con expropiar todos los bienes a las órdenes religiosas, y la secularización de los cementerios, sin duda la intromisión del Estado en la Iglesia era absoluta.
Es increíble entender como una nación con tanta tradición cristiana le haya tocado vivir esos acontecimientos. La razón la daba el Santo: El pueblo estaba lejos de Dios y falta de formación doctrinal.
Quiero recoger este mensaje para resaltar la importancia de los ciudadanos en conocer los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Entender qué significa el bien común, la subsidiariedad, la solidaridad y el destino universal de los bienes.
En estos momentos que vive Venezuela no se puede estar ni ser indiferentes a temas como la propiedad privada o los límites de la obediencia a las autoridades civiles que desvían su camino.
No son suficientes las grandes manifestaciones populares de fe para evitar caer en Estados Totalitarios. Como decía el Papa Leon XIII: «No se puede ser buen cristiano y socialista a la vez.»
Entendamos que tener formación doctrinal y estar cerca de Dios hará que los abusos de la Segunda República Española no se repitan en el final de la Quinta Republica Venezolana.
@Solidaridad21