Por INCOMPETENCIA. Esa es la palabra que debe estar escrita bien grande en la carta de renuncia de Iris Varela como Ministra de Servicios Penitenciarios. El puesto le quedó grande, demostró que no tiene la formación necesaria para desempeñarse con profesionalismo y además le terminan haciendo el trabajo.
El traslado de los presos de La Planta para otros recintos sólo fue posible porque Diosdado Cabello intervino y formó parte de la negociación. En prensa pudimos verlo con un chaleco antibalas y con una actitud heroica. Miraba hacia el horizonte y disfrutaba su protagonismo. Sin embargo, para sorpresa de todos los venezolanos, el mismo presidente de la república admitió en una rueda de prensa (telefónica) que él mismo había negociado con los presos. Es decir, el presidente en su reposo médico se tomó un tiempo para negociar las condiciones la salida de los reos. Con esta revelación del comandante Diosdado perdió su protagonismo en el asunto e Iris magnificó su terrible gestión.
Este hecho no deja de ser es insólito e increíble. Un presidente habló con unos malandros que están cercados por cuatro paredes porque sus funcionarios (Varela y los demás incompetentes) no saben ni pueden hacer su trabajo.
Ahora, pasado el infarto, la gran pregunta es: ¿Qué condiciones se negociaron?
Iris Varela, ahogada en un mar de ineficiencia e incapacidad, declaró a los medios que hasta ahora se han encontrados algunos chopos y algunas granadas dentro del recinto. Eso es todo. Además añadió que la búsqueda se va a hacer con calma y espera la participación de distintos expertos. Es decir, a una semana de haber trasladado a todos los presos fuera de La Planta todavía no han “encontrado” el arsenal de armas y de drogas que de tanto se ha hablado.
Los habitantes de Caracas escuchamos los tiros que salían desde el recinto. Es más, trágicamente un vecino ubicado en un edificio a 500 metros de la cárcel fue víctima de una bala que salió desde La Planta. Los periodistas que cubrieron el suceso fueron contundentes y consistentes en sus reportajes: en las cárceles venezolanos hay armas de guerra producto de la negociación entre las autoridades que cuidan las instalaciones y las mafias internas. Inclusive añaden que las miles de balas que se disparan adentro vienen de CAVIM (Hecho en socialismo).
El problema de hacinamiento y de corrupción en las cárceles venezolanas no es nuevo. Los más de 2.000 presos que salieron de La Planta ahora causarán un nuevo dolor de cabeza en otros recintos. Nuestras cárceles tienen actualmente más de 45.000 presos cuando en realidad están diseñadas para albergar a 14.500. Por eso es que es insólito escuchar a la Ministra Varela decir que ahora los presos de La Planta pasarán a “otros recintos más dignos”.
En fin, los días pasan y las armas largas no aparecen en La Planta. La droga y el dinero tampoco aparecen. De hecho, todavía nos preguntamos las condiciones que negoció el presidente de la república con los pranes. ¿Será que los presos se llevaron sus “pertenencias”?
Lo único que sí está claro hasta el momento es que Iris Varela tiene que renunciar. ¡Así que adelante Iris!
En twitter: @TomasHHR