En estos días devoré el libro «Contra el olvido. Conversaciones con Simón Alberto Consalvi». Se trata de un verdadero compendio de historia dialogada con el excelente periodista de El Nacional, Ramón Hernández. Este género es progresivamente más utilizado para pasar revista sobre hechos que tienden a desvanecerse por el transcurso del tiempo. No es una extensa entrevista, aunque de alguna manera guarda esa forma. Se trata de una larga conversación entre un redactor político y una de las personalidades más notables de la vida contemporánea.
Simón Alberto Consalvi ha dedicado su vida a la construcción, desarrollo y mantenimiento de la democracia venezolana. Con más de ochenta años de vida útil, entiendo perfectamente la desolación y angustia que reflejan algunos de sus comentarios sobre la crisis existencial que, como consecuencia del actual régimen, destruye la República y, peor que eso, desmorona los principios y valores de nuestra nacionalidad. También nos ayuda a conocer y entender la evolución política venezolana desde los comienzos del siglo XX, los gobiernos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, de López Contreras y Medina Angarita. La «Revolución de octubre» y la Junta de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, el breve período de Gallegos, el golpe de estado del 24 de Noviembre, la década de la dictadura y los cuarenta años de democracia y libertad del 58 al 98. Es un libro de obligatoria lectura, especialmente para los más jóvenes, pero también para que quienes como nosotros, menos jóvenes, no seamos víctimas del olvido que Hernández y Consalvi tratan de evitar.
Simón Alberto habla desde una perspectiva muy adeca. Reserva al adequismo el protagonismo casi exclusivo de las luchas del siglo pasado. Olvida o menosprecia los aportes invalorables de otros sectores. Ésta es la única crítica que se me ocurre formular, pero refleja gran autenticidad en su análisis. Eso me gusta. No cultiva el calculado equilibrio de muchos que juegan a una «objetividad» poco pedagógica al hablar de historia contemporánea. Discrepando de algunas reflexiones, recomiendo la lectura del libro. Buen aporte para la mejor comprensión del presente.