El consagrado humorista Laureano Márquez regresa a Barquisimeto para presentar su monólogo Yo no, el 25 de mayo, en el Teatro Juares.
Se trata de un trabajo donde hará una lista de todas aquellas atrocidades, atropellos, injusticias, violaciones de derechos, irrespetos, corruptelas, vivezas y maldades, frente a las cuales, aunque otros digan sí, uno puede y debe decir: «Yo no».
EL IMPULSO conversó con este sagaz escritor venezolano, quien confesó que después de que Ricky Martin lanzó su libro Yo, él no podía quedarse atrás y debía escribir un unipersonal donde pudiera hablar de su vida «porque la sociedad es plural, abierta y yo escribí mi monólogo Yo no, que no es un libro, sino un monólogo autobiográfico».
Es un montaje que trata de su vida, «aunque en el transcurso que se ha ido presentando, me di cuenta de que mi vida no era tan importante para hacer una biografía. No digo cosas interesantes; entonces, me dediqué a estudiar los distintos miedos del ser humano, como los fantasmas, monstruos, cosas sociales, políticas, y así tratar de vencer ese miedo. Aunque ya tiene un año presentándose, cada día se modifica el texto, siempre hay cosas nuevas», dijo este singular humorista.
Reír con conciencia
Márquez explicó que todo comienza con una idea.
«Es un chispazo, una inspiración. Después viene el contenido que llega de diferentes formas para llenar el texto, diseñarlo, y veo los temas que hay que tocar, se trabajan, y después, cuando las cosas se hacen en el escenario, se termina de entender».
-Reír con cosas serias, ¿cómo se logra?
-Porque uso el elemento reflexivo. Yo soy firme creyente de Aquiles Nazoa, quien decía que el humor era la mejor forma para pensar porque también es pensamiento y análisis. El monólogo deja una enseñanza porque mi propósito siempre es ese. En este caso, promociono el «Yonoísmo» (corriente filosófica que en tono jocoso dice haber creado) como forma de vida. Yo los invito a un cambio interior porque todo cambio viene de adentro, primero para mí y luego para aquellos que deseen cambiar las cosas de la patria que aman.
-¿Qué principios tiene Laureano para decir «Yo no»?
-No tengo tantos. Con este monólogo me estoy diciendo a mí mismo y me convenzo de que debo tener más principios y ser fiel a ellos. Me afianzo y creo en valores como la democracia, el respeto y que uno debe preocuparse por el bien colectivo, no sólo individual. En ese sentido, trabajo hacia ellos. El monólogo dice que uno mismo debe cambiar para ser mejor.
-¿Por qué decir «Yo no», cuando la mayoría dice «Yo sí»?
-Porque las personas transitan por el camino más fácil. Todo el mundo decide tomar el camino que no es el correcto. Eso tiene que ver con la conciencia de cada individuo, con el fondo de sus pensamientos, donde el corazón decide que es lo correcto e incorrecto.
Entre lo correcto y lo indecente
A juicio del siempre vivaz Laureano Márquez, este es un país donde todo el mundo se come la luz y en el cual, si no lo haces, te dicen bolsa o eres un pendejo, pero no es así, sino que tienes principios y valores, y los personajes que han mantenido estas cualidades son los que han cambiado el mundo. Me hace recordar el célebre diálogo de Carujo y Vargas, en el que Carujo le dice a Vargas: «El mundo es de los valientes», a lo que contestó Vargas: «No el mundo es del hombre justo; es el hombre de bien, y no el valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia».
-¿Qué opina acerca del dicho: «No me den, sino pónganme donde hay»?
-No lo sigo. Yo soy sumamente pulcro con el dinero, hasta soy de los que pongo de mi dinero personal. Nunca utilizaría un dinero que no me corresponde, que no es mío. Mi dinero lo manejo malísimo. Soy el peor administrador de mi plata.
-¿Qué pecados capitales predominan en Venezuela?
-La soberbia, ira y la avaricia, porque solo un avaro puede pensar que va a estar mejor porque se expropian cosas que no le corresponden.
-¿Es verdad que hay un camino?
-Siempre hay un camino. Dos caminos se pusieron delante de mí y yo tomé el menos transitado, el diferente, porque me gusta el menos transitado, porque los duros y más difíciles son lo que llevan a un mejor destino. Los fáciles son sospechosos, así como los atajos.
-¿Tiene un plan B?
-Yo no tengo plan B, o mejor dicho, mi plan B es echarle pinchón al plan A. Por eso no hay plan B porque eso es desilusión, fracaso, ¿y por qué fracasar si podemos salir adelante?.
-¿Le dice no a la violencia?
-Absolutamente, ese es el principio fundamental. No a la violencia de la palabra, de gestos, de armas y también de pensamientos que no aceptan otro pensamiento que no sea el suyo.
Esta obra le ha cambiado a Márquez su percepción acerca de la forma de vivir, muy especialmente en Venezuela.
«El cambio debe venir desde el interior de cada persona. Invito a mis compatriotas a la reflexión en la misma línea que yo lo estoy haciendo, a ver si llegamos a alguna conclusión que nos ayude a salir adelante», dijo el humorista.
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