La anarquía y el abuso hicieron de las suyas en una vivienda ubicada en la calle 31 entre carreras 31 y 32, cuando un grupo de hombres y mujeres invadieron violentamente la casa de la señora Petra Guillén, golpeando sin contemplación a sus hijos y nietos.
Los invasores alegan tener toda la documentación que los acredita dueños de las bienhechurías. Sin embargo, el consejo comunal de la zona rechazó la acción por cuanto la señora Guillén tiene 30 años ocupando la vivienda. «Desde 1986 vive esta señora aquí con sus hijos, porque el antiguo dueño les permitió ocuparla de forma permanente», señaló una representante del consejo comunal.
Al parecer, la ciudadana Jackeline Zambrano protocolizó la bienhechuría, a sabiendas de que la señora Guillén ocupaba la vivienda desde hace tres décadas. «Representantes de la sindicatura visitaron la propiedad y al notar que los solicitantes no ocupaban la vivienda, se negaron a otorgarles la propiedad del terreno. Por eso, procedieron a la invasión».
Los afectados y voceros comunales repudiaron la violencia de los invasores, y la indiferencia de las autoridades quienes no escucharon el llamado de auxilio señalado por los vecinos. «Esto lo hacen por capricho. Aquí metieron a niños, y esa señora ni siquiera tiene hijos».
La señora Petra, evidentemente conmovida, exigió justicia y el cumplimiento de lo establecido en el código civil el cual establece que la propiedad es de quien la ocupa. «Tengo toda la vida viviendo en este lugar y ahora, estas personas quieren quitarme el único techo que tengo para mí y mis ocho hijos. Aquí golpearon a mujeres y niños», expresó.
El equipo periodístico de EL IMPULSO intentó conocer la versión de los ocupantes, y éstos alegaron contar con toda la documentación que los acredita como propietarios.
Sin embargo, ningún documento autoriza a ciudadano alguno a proferir ofensas o golpes en contra de terceros.
En este sentido, los afectados y vecinos exigieron a las autoridades aclarar la situación, en aras de que la violencia y el atropello no sigan ganando terreno en nuestra ciudad.
Foto: Ricardo Marapacuto
