La fachadas del casco histórico de la ciudad, se observan rayadas con frases obscenas, consignas políticas y hasta declaraciones de amor. Una apariencia poca agradable, muestra Barquisimeto con los daños ocasionados en las paredes de viviendas y de instituciones públicas.
La Fundación Sociedad Amigos de Barquisimeto (Fundasab) es una de las más afectadas. Los colaboradores de la Fundación, los mismos que dictan cursos de dibujo, manualidades, entre otras áreas, lamentan el estado deplorable no sólo de la fachada, sino de las instalaciones. Exhortan a las autoridades, a invertir en el rescate de los espacios que resultan tan útiles a la ciudadanía. Alumnos de los talleres y/o cursos que son dictados en Fundasab, desearían mejores condiciones para recibir la formación.
“La fundación hace mucho con propiciar los encuentros de aprendizaje para la colectividad y costear por completo el mantenimiento de la sede, es una carga muy pesada. Sería conveniente que los gobernantes unieran esfuerzos e invertieran recursos económicos en optimizar este espacio”, dijo la alumna Beatriz Romero.
Por otro lado, la Casa de Historia Larense, diagonal a la Plaza Lara, presenta un abandono similar. Pisos y paredes necesitan rehabilitación integral. Si bien continúa representando una casa del saber, por tener una de las bibliotecas más antiguas de la ciudad, tiene un sinfín de problemas que impiden un mejor servicio. Carlos Eduardo López, presidente de la Fototeca de Barquisimeto, con sede en el Centro de Historia Larense, en reiteradas oportunidades ha mencionado el deplorable estado de la infraestructura, sin embargo, no se aplican los correctivos necesarios.
La Gobernación del estado Lara, hace menos de un año, prometió una restauración completa de la sede, sólo que no ejecutan tal proyecto hasta nuestros días. Las mejoras que se observan, es gracias a la colaboración de los docentes y alumnos, que hacen del lugar una cita con el conocimiento.
Los consejos comunales del centro de la ciudad, en ocasiones, organizan jornadas de limpieza, pero hace falta regularidad en el mantenimiento. Entre las deficiencias que más afecta en el funcionamiento del centro, destaca el sistema eléctrico.
Constantes cortocircuitos ponen en riesgo a las personas y también al inmobiliario. Se requiere de una inversión muy alta para sustituir por el cableado y transformadores, prácticamente arruinados con el paso de los años. Solicitan a Corpoelec, la contribución necesaria para que las luces internas y externas, funcionen con total normalidad a fin de favorecer a los trabajadores y visitantes, además de evitar posibles daños en personas y materiales.
Fotos: Dedwison Álvarez