“¡Profesor, me quedé sin frenos!”, son las palabras que dos días después siguen retumbando en los oídos de familiares y amigos de la estudiante fallecida y sus diez compañeros lesionados, ya que debido a esta falla se produjo el accidente la tarde del miércoles en el sector La Cruz, entre El Blanquito y Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco, que le quitó la vida a la joven de 16 años, quien estudiaba 4to “D”, en el colegio Salto Ángel y vivía en la urbanización La Mora de Cabudare.
Justamente, el responsable de la trágica noticia de la falla de los frenos del autobús Blue Bird, azul y blanco, placa 02AC0FK, que conducía, quedó detenido en el puesto de Tránsito Terrestre del municipio Jiménez, cuyos funcionarios actuaron en el levantamiento del siniestro.
Se conoció que esta persona fue remitida a la Fiscalía Quinta del Ministerio Público, organismo judicial que lo pondrá a disposición del tribunal correspondiente.
Se dijo extraoficialmente que le habrían precalificado el supuesto delito de homicidio culposo.
Sobre el estado de salud de los diez compañeros de la hoy occisa se supo que no revisten mayor gravedad y se recuperan satisfactoriamente, salvo Elías Tawil, colector, quien estaría más traumatizado ya que salió expelido del colectivo al igual que la joven fallecida.
Aún continúa el dolor y las expresiones de solidaridad de la comunidad educativa del colegio Salto Ángel de Cabudare hacia los familiares. Como se informó, unos 120 alumnos acompañados de 4 profesores sufrieron esta tragedia, de regreso a Cabudare, luego de realizar una actividad académica en el Parque Yacambú.
Jóvenes entristecidos despidieron a su amiga
Un hecho que logró conmover a la ciudadanía larense. Es una muerte sí, pero cuando en la funeraria poco a poco se va llenando de jóvenes, de adolescentes que ni siquiera han llegado a la mayoría de edad, la reacción de tristeza que provoca es inmediata.
El fallecimiento de una adolescente, quien estudiaba en el colegio Salto Ángel de Cabudare, dejó un amargo sabor tanto en la comunidad educativa, como en sus familiares y amigos.
En la funeraria donde se cumplían los oficios religiosos, estaba desplegado un pendón con una fotografía de “La Gorda”, apodo que cariñosamente se ganó de sus seres queridos.
En la imagen decía Mis XV y es que tan sólo tenía 16 años. Su rostro dulce, lleno de alegría y juventud, denotaba la muchacha alegre que en vida fue.
Sus compañeros así la recuerdan.
Uno de ellos comenta entristecidos, “era muy alegre, siempre andaba echando broma, casi nunca la pude ver entristecida”.
Mientras que una amiga, quien al igual que sus otros compañeros dejaba correr lágrimas por su rostro expresó: “Era la mejor alumna del salón, una excelente estudiante, siempre de primera. Emprendía proyectos y nos motivaba”.
Poco a poco fueron replicando comentarios en medio de la tristeza que deja perder a un amigo a tan temprana edad.
“Todos los que estamos aquí y los que faltan somos amigos de ella. La gorda nunca tuvo enemigos, era muy fácil quererla y por eso nos duele tanto que un accidente haya acabado con su vida”, manifestó otro de sus compañeros.
Unidos en abrazos y en llanto los familiares no dejaban de lamentar esta terrible pérdida.
Mientras que en Cabudare, en el colegio Salto Ángel se podía leer en un cartel: “Por duelo no hay clases hasta el lunes”, ya que los docentes también se entristecen con esta terrible muerte.