Mami, gracias por soportarme
y por tolerar con paciencia
mis fingidas bravuras
mi infantil inocencia
Cuando aprenda,
atándome las trenzas
que llevan mis zapatos,
a confeccionar un lazo,
Te haré uno con tela
en oro y raso
para prenderlo de tu cabellera
y darte un gran beso y un abrazo.
La próxima semana
le diré a la maestra
que me enseñe la «m» y la «a»
y me diga como construir
la palabra «mamá»
y la palabra «amor»
que es la que siento
atravesada dentro de mi pecho.