La carretera Guarico-Villanueva fue recuperada y asfaltada durante el gobierno del presidente Herrera Campins y de acuerdo a viejos usuarios nunca más volvió a recibir mantenimiento por lo cual, con el transcurrir de los años, ha venido deteriorándose al punto de encontrarse hoy en día en pésimas condiciones de transitabilidad.
De eso puede percatarse cualquiera que la recorra pues la cantidad de huecos, zanjas, fallas de bode o tramos sin capa asfáltica se multiplican de manera alarmante.
Como se sabe, esa es una vía por la cual gran cantidad de productores agrícolas de Villanueva y toda la parroquia Hilario Luna y Luna sacan sus productos, en especial café, a Guarico, El Tocuyo, Barquisimeto y otros centros de consumo.
Habitantes de Villanueva como María Monserrat, Vicenta del Carmen Colmenares, Willy Báez o el productor cafetalero Melanio Orellana saben lo que representa recorrer los pocos kilómetros de esa vía pues en algunos sitios es necesario reducir la velocidad de los vehículos al mínimo por lo accidentado de los mismos, pues se corre el riesgo de que los vehículos sufran serios desperfectos mecánicos.
Igualmente, reducir la velocidad representa un riesgo pues eso puede ser aprovechado por delincuentes para atracar a los viajeros e incluso secuestrarlos.
Más de un caficultor de la zona ha perdido el producto de su trabajo cuando, mientras se dirigía a la receptoría del grano en Guarico, fue interceptado por alguna de las bandas que por allí operan y a punta de armas de fuego obligado a entregar el vehículo con su respectiva carga.
Tan pronto se sale de Guarico el viajero se percata del mal estado de la carretera pues un largo tramo perdió la capa de rodamiento desde hace tiempo y en la actualidad lo que existe es un camino para animales que debe ser utilizado por vehículos a motor.
Igualmente existen gigantescas fallas de borde que obligan a temer por el derrumbe total, lo que cortaría la vía en dos dejando incomunicados a Villanueva y a los numerosos caseríos de la parroquia.
“Aquí el gobierno no quiere hacer nada por nosotros, y eso se ve porque la carreterita se nos está cayendo a pedazos, las calles del pueblo no sirven, no existen, nos hace falta una escuela y las aguas negras corren libremente”, afirmó Vicenta.
“Por ahí deben venir los políticos de siempre a ofrecernos de todo lo que no van a cumplir, incluyendo la carretera, pero les vamos a recordar las promesas que también nos hicieron hace años y que no han cumplido ninguna”, agregó.
María Monserrat, por su parte, recordó que esa es una parroquia de la cual depende la alimentación de miles de personas pues allí, además de café, también producen papa, pimentón y diferente variedad de hortalizas que deben ser sacados a los mercados.
Simón García, otro habitante, dijo que nunca ha visto una cuadrilla de la Alcaldía de Morán, Invilara y mucho menos del hoy Ministerio de Transporte Terrestre realizando trabajos de recuperación de la carretera.
Igualmente pidió la continuación de la rampa a la entrada de la población, para la cual el consejo comunal Pueblo Nuevo habría recibido recursos pero los trabajos fueron interrumpidos de la noche a la mañana argumentando haberse agotado la asignación presupuestaria asignada, aunque hasta ahora no han rendido cuentas.
Fotos: Luis Salazar