Dios ama al que da con alegría, expresan las Sagradas Escrituras, en la segunda carta de Corintios, capítulo 9, versículo 7. Justamente, hace falta generosidad para culminar la nueva sede de la Casa Hogar Santos Ángeles, que actualmente funciona al lado de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, en la urbanización Santa Elena.
Cerca de 20 damas de la tercera edad son atendidas por las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles. Cómodas instalaciones, los cuidados y el amor de las religiosas, de la mano con el equipo de voluntariado, hacen de estos espacios un verdadero hogar para estas personas.
Sin embargo, hay muchas solicitudes para que sean admitidas nuevas residentes, sólo que no cuentan con los dormitorios suficientes. De allí, que surgiera la iniciativa de construir una infraestructura igual de cómoda, pero que pueda albergar a una mayor cantidad de huéspedes.
Su ayuda es importante
En la calle Juan de Dios Ponte, del municipio Palavecino inició la construcción. Ya fue levantado un primer módulo y aún falta mucho por hacer. En este sentido, organizan una actividad benéfica prevista para el próximo 12 de mayo y que podría resultar muy provechosa para dar continuidad a la obra, la cual tiene dos años paralizada.
Se trata de un torneo de golf: un recorrido de 18 hoyos con un par de la cancha 72 en el Barquisimeto Golf Club, de La Campiña, también en el municipio Palavecino, que además de ser una ocasión para poner en práctica la caridad con el prójimo, promete propiciar un ameno compartir entre familias de la sociedad barquisimetana y amigos.
“La vejez es una de las etapas que requiere de mayor amor y afecto. No se trata sólo de lo material sino de hacer realidad un espacio en el que reine el amor y la fraternidad”, manifestaron María Margarita de Capriles y Esperanza de Escalona, integrantes del equipo de voluntariado.
Como ángeles de la guarda
La hermana Carmen Bachiller, superiora de la casa hogar Santos Ángeles, explica que la devoción en servir a los enfermos, personas de la tercera edad, desposeídos, es un apostolado que ofrecen a Dios y también a la sociedad. Abrieron las puertas de la institución hace diez años, gracias a la cooperación de los sacerdotes agustinos, a cargo de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, quienes generosamente cedieron las instalaciones donde hoy por hoy atienden a las señoras de avanzada edad.
Capilla, comedor, lavandería, peluquería, servicio médico, sala de recuperación y rehabilitación, biblioteca, salón de usos múltiples, entre otras áreas, ofrecen a las personas que están bajo sus cuidados.
La caridad se manifiesta en la amabilidad, respeto mutuo, ayuda, condescendencia y pequeños sacrificios.
Santa Genoveva, fundadora
de la congregación
Fotos: Edickson Durán