La Zona Industrial II de Barquisimeto está apartada de la agenda municipal y regional. La apariencia es cada vez más desastrosa, incluso, se ha convertido en un sitio muy peligroso. Día o noche, da lo mismo para los delincuentes, quienes hacen de esta área dedicada a la industria, un escenario de robos, violaciones y hasta de muerte.
¿La solución? Está en manos de los gobernantes. Los habitantes de comunidades aledañas y también los propios trabajadores, sufren con la inseguridad que reina en los espacios de la Zona II, como es conocida entre los barquisimetanos. No hay paz. Caminar en grupo o subir las ventanillas de los vehículos, es la única medida que aplican para- en algo- librarse de los agresores.
“Nos da miedo ver cómo atracan a las personas; nos escondemos para no ser atacados por el hampa. Lo más conveniente es que los organismos de seguridad pongan en práctica estrategias efectivas que acaben con los hechos delictivos de las zonas industriales, de lo contrario, seguiremos sufriendo atropellos y peligros”, sostuvo Marielena Jiménez, habitante del barrio Moyetones.
Vías hechas ruinas
Por otro lado, resaltan los abundantes huecos y demás desperfectos sobre el asfalto. En la carrera A1 con calle 1, diagonal a la planta de una reconocida cervecería, el pavimento tiene cráteres formados por doquier. Con las lluvias terminan inundados y todos los vehículos que pasan por ahí, caen de forma aparatosa.
Se trata de un problema que se extiende a otras calles de la Zona Industrial II, sin embargo, no ocurren mejoras que sólo las autoridades pueden promover. Desde hace larguísimos años, la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) no ejecuta rehabilitaciones en dicha zona. Los empresarios invierten parte de las ganancias en reparar los accesos a sus industrias, sólo que es mucho lo que falta por hacer.
Sin duda, hace falta la colaboración de los organismos competentes, si no en nada mejorará el panorama. La basura acumulada a los lados de las vías, es otra situación iregular que debe ser atendida por el Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar). Carros desmantelados, escombros, animales muertos, entre otros desperdicios, ocasionan un terrible ambiente de insalubridad que deja sin aire puro a cuantos frecuentan la zona.
Proliferan zancudos y moscas, aumentando las molestias entre los empleados y empleadores, quienes además soportan olores desagradables producto de la enorme cantidad de desechos acumulados.