, igual empuje ético tuvieron los periodistas en las primeras décadas del siglo XX ante el acoso inmisericorde de las dictaduras de aquellas épocas y por eso en los albores de la democracia inician un proceso de organización para erigirse en pilar de las libertades públicas, por eso la Asociación de Escritores y Periodistas en 1935 y luego la gloriosa AVP (Asociación Venezolana de Periodistas ) en 1941.
Con la aprobación de la Ley del Ejercicio del Periodismo en agosto de 1972 la AVP da paso a la creación del Colegio Nacional de Periodistas, institución gremial que continúa la trayectoria de lucha a favor de la libertad de expresión y el que los reporteros pudieran participar activamente en la elaboración de las pautas informativas del medio de comunicación donde trabajasen. De esta forma el CNP libró siempre dos luchas de manera simultánea, una basada en la denuncia contra toda manifestación de arbitrariedad de los poderosos en contra de los ciudadanos de a pie y otra por hacer prevalecer los contenidos de la Ley de Ejercicio Profesional en los diferentes y múltiples medios de comunicación venezolanos.
Con base en estos enunciados los periodistas venezolanos se convirtieron en una referencia interna y externa de coraje democrático, simplemente porque la propia Ley de ejercicio se fundamenta en la misión trascendente de defender la democracia mediante la defensa de la libertad de expresión y el garantizar el derecho de información que protege constitucionalmente a todos los ciudadanos venezolanos.
En torno a estas luchas el CNP siempre se mantuvo compactado e independientemente de la visión política que se tuviera el compromiso de mantener en vigencia nuestra Ley de ejercicio profesional era algo fundamental, una obligación indeclinable por la cual apostábamos nuestra justificación existencial. La defensa de la Ley de Ejercicio del Periodismo nos mantenía vivos dentro de un contexto internacional donde buena parte de países no cuentan con una Ley como la nuestra que convierte a los periodistas en custodios directos de los Derechos ciudadanos relativos al manejo democrático de la información.
Lamentablemente vivimos tiempos en los cuales estas luchas gremiales de los periodistas se han convertido en batallas políticas entre medios oficiales y medios privados dentro de las cuales el Colegio Nacional de Periodistas a nivel nacional pasó a ser un convidado de piedra que observa impotente cómo la Ley de Ejercicio del Periodismo se ha convertido en letra muerta, los reporteros son maltratados en el cumplimiento de sus labores y los ciudadanos son vapuleados por una guerra mediática dentro de la cual los objetivos políticos preceden a los informativos y por tanto no se aplican los contenidos éticos y procedimentales de esta Ley.
Para constatar esta afirmación basta solamente leer el artículo 34 de la citada Ley donde se establecen los deberes que rigen nuestro ejercicio profesional:
1. Ajustar su actuación a los principios de la ética profesional al respeto y a la defensa de los derechos humanos, de la paz entre los pueblos, de la libertad de expresión al servicio de la verdad y la pluralidad de las informaciones.
Se consideran violaciones de la ética profesional del periodista, que pueden ser conocidas y sancionadas por los tribunales disciplinarios correspondientes, las siguientes:
a) Incurrir voluntariamente en error o falsedad de hechos en sus informaciones.
b) Adulterar intencionalmente opiniones y declaraciones de terceros.
c) Negarse a rectificar debidamente los errores de hecho en que haya podido incurrir al informar sobre personas, sucesos y declaraciones.
d) Adulterar o tergiversar intencionalmente las informaciones con el objetivo de causar daño o perjuicio moral a terceros.
e) Estimular o amparar el ejercicio ilegal del periodismo.
2. Acatar los reglamentos, acuerdos y resoluciones de los órganos nacionales y seccionales del CNP que sean dictados en cumplimiento de sus atribuciones.
Al incumplir con las obligaciones contenidas en este artículo se está incumpliendo con la misión que nos impone una Ley nacional mediante la cual se desarrollan los preceptos constitucionales que garantizan el derecho a la Información que deben tener los venezolanos.
Por ello el rescatar la Ley del Ejercicio del Periodismo en Venezuela debe ser un punto jerárquico a discutir. No podemos nosotros permitir que en complicidad con nuestro silencio se perpetre un holocausto contra el principio constitucional que consagra la libertad de expresión y la información plural como único camino para que el pueblo conozca la verdad de lo que sucede en el país.
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