En enero de 2010 fue presentada al país la propuesta “100 Soluciones para la Gente”, una suerte de plan de gobierno, o proyecto de país, por parte de la Mesa de la Unidad Democrática en el marco del acuerdo para llegar a determinar al candidato presidencial, y algunas candidaturas a gobernaciones y alcaldías, mediante la realización de elecciones primarias.
Ahora que la coalición opositora reúne todos sus esfuerzos en lograr que el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, sea el ganador de las elecciones presidenciales, se espera que los planteamientos propuestos por los factores democráticos sean tomados en cuenta en el plan de gobierno que el candidato unitario revelará a los venezolanos posiblemente el mes próximo, como uno de los principales atractivos de su campaña electoral.
Pedro Benítez, coordinador de Políticas Públicas de la Mesa de la Unidad Democrática, quien participó en el diseño de la propuesta de soluciones de la mesa unitaria, considera que la oferta no ha cambiado gran cosa en los últimos años, ya que los problemas sociales en los cuales se encuentra el país mantienen una jerarquía para los ciudadanos similar a cómo se contemplan en el proyecto.
Sin embargo, para mantener la propuestas lo más ajustadas posible a la realidad, el encargado de las políticas públicas de la MUD recorre el país, contactando a la ciudadanía y explicando en qué consisten la oferta de un nuevo gobierno, específicamente la visión que se tiene del país para los próximos años, aprovechando cómo se presenta la dinámica electoral con la carrera por la Presidencia de la República encendida. Todo esto con la idea de que la oferta final a presentar “sea discutida entre los venezolanos y no una cosa preparada en Caracas que simplemente se les distribuya”.
Benítez refiere que el grupo que hace la revisión de la oferta está conformado por Ricardo Villasmil, jefe nacional del programa de gobierno, a quien considera como uno de los economistas más brillantes del país; y la Unidad Técnica, bajo la coordinación del doctor Marino González. “Nuestra impresión es que la MUD sea mucho más que una alianza electoral sino que se convierta en un proyecto de país, donde la gente sepa por qué está votando. Un proyecto y unos planes muy concretos y una clara propuesta para los próximos años”.
-¿Ha sufrido modificaciones la visión de país presentada en las 100 Soluciones… en el tiempo trascurrido desde su presentación?
– No ha habido modificación porque los problemas del país son básicamente los mismos: la inseguridad, el desempleo y la carencia de una buena educación. Hemos detectado que entre los graduandos de las misiones educativas gubernamentales hay mucha gente preocupada porque se siente estafada, porque invirtió gran parte de su tiempo en obtener un título y ahora sienten que no están bien preparados para afrontar las vicisitudes ¿Qué hacer frente a este problema? Vamos a realizar un programa nacional de equivalencias, para aquellos que han hecho un gran esfuerzo porque creyeron en un programa del Gobierno puedan tener la misma capacitación profesional de las universidades públicas. Nos damos cuenta de que hay una ventana de oportunidades y desde el punto de vista político y electoral podemos seguir trabajando. Hay una amplia parte del electorado que tiene esa preocupación, a la que el gobierno no le da atención y la Mesa tiene la responsabilidad de darle una respuesta más allá de una oferta.
Dos países
Para Benítez, las elecciones presidenciales de octubre significan un momento crítico en la historia de Venezuela, que como país está al inicio de un ciclo histórico en la política nacional, donde la responsabilidad de los partidos y organizaciones de la Mesa de la Unidad es mucho mayor por cuanto esta competencia electoral no es normal y se resume en el enfrentamiento de dos visiones del país: una representada por el oficialismo, cuya oferta puede enmarcarse en la frase atribuida al rey francés Luis XV “Después de mí, el diluvio”, para tratar de dejar el país ingobernable por lo próximos años; y otro inspirado en los valores de la democracia y la libertad, porque aunque en la coalición se tienen diferencias internas, estas son debatidas hasta llegar a un acuerdo y dar respuesta a los problemas de la nación.
– Propone un cambio profundo en las misiones educativas, pero ¿qué pasa con el resto de las misiones?
– Sobre las misiones hay una gran insatisfacción de las personas que son o aspiran a ser beneficiarios, por el gran desorden que hay en su manejo. En primer lugar, son programas sociales muy improvisados como, por ejemplo, Hijos de Venezuela, anunciado en diciembre pasado, que ni siquiera aparece en la Ley de Régimen Presupuestario de 2012, es decir, no se encuentra en el presupuesto para este año. Fue una iniciativa totalmente improvisada, donde existe una infraestructura institucional y los recursos disponibles para atender una oferta que hace el gobierno en reconocimiento a un problema grave que ha denunciado la unidad democrática, en torno a la pobreza, la miseria y la violencia que tiene entre sus orígenes el embarazo adolescente. Hay que cambiar este criterio de improvisación continua, luego dejar de concebir los programas sociales para que la gente deje de seguir siendo pobre sino para que deje de serlo. Los programas sociales son para resolver un problema coyuntural en concreto. Si después de diez años se tiene un programa en las mismas condiciones, es porque éste no está resolviendo el problema. No pedimos eliminar los programas sino cambiar su criterio.
– ¿Cómo es ese cambio?
-El venezolano tiene derecho a recibir estos programas sociales por el hecho de ser ciudadano de este país y no por formar parte del partido de gobierno. Los beneficios no se pueden dar y quitar a conveniencia. Lo que no haremos, a diferencia de este gobierno, es eliminar programas sociales muy útiles y exitosos como los hogares de cuidado diario y el Programa de Alimentación Materno-Infantil (PAMI), que por cierto, países como Brasil han copiado y mejorado con mucho éxito como el caso de la Bolsa Familia.
– El candidato unitario incluye en su discurso de campaña el término “progresismo” ¿Cómo ha sido para la MUD adaptarse a este concepto?
– En la MUD están presentes tanto partidos que se denominan de la derecha liberal hasta uno que se denomina marxista-leninista, como lo es Bandera Roja. Estamos liberales, social-cristianos, social-demócratas. Todo el panorama ideológico del país se encuentra allí. Hemos hecho acuerdos para nuestro funcionamiento y el primer gran esfuerzo programático fue actuar en el marco de la Constitución de 1999. Tenemos nuestras diferencias, pero trabajamos más en lo que nos une que en lo que nos divide. Cuando era precandidato, el gobernador Herique Capriles tuvo la sabiduría para no presentar un programa de gobierno. Decidió ajustar su visión y su propuesta a la idea que presentara la Mesa de la Unidad, pero hay una gran coincidencia en su planteamiento progresista con lo que viene planteando la mesa, que es combinar la inversión privada con la del Estado. Hay cosas que el sector privado no puede hacer, sobre todo en un país como Venezuela que tiene grandes problemas sociales, para lo cual es necesario contar con un Estado fuerte también.
“Capriles también se inspira en el caso de Brasil, donde millones de ciudadanos han salido de la pobreza crítica, en una democracia muy competitiva, en un país descentralizado con un gobierno abierto a la inversión privada que crea empleos y genera riquezas, pero atendiendo a ciertos sectores con programas de formación para ser incorporados al proceso productivo”.
– La enfermedad que actualmente afecta al presidente también influye en el carácter atípico de la campaña, como un posible elemento definitorio ¿Qué elementos debe tomar en cuenta el elector en los mensajes de las dos personas que hasta ahora se pelean por ganar la Presidencia?
– Cada candidato representa una parte del país. Capriles representa la visión unitaria de que impulsemos grandes acuerdos de políticas públicas sobre los problemas fundamentales como la salud, la educación y la inseguridad, que independientemente de los colores políticos que tengan los siguientes gobiernos, todos tengamos una gran visión de país. Por el otro lado, tenemos un gobierno que más que vendernos esperanza lo que debería es estar rindiendo cuentas de lo que ha hecho con el mayor ingreso petrolero de la historia de la economía moderna. Un gobierno que por sus características más las experiencias inesperadas en los últimos meses, como la enfermedad del presidente Hugo Chávez, crea incertidumbre e inestabilidad. No sabemos cuál es el rumbo que la continuación de este gobierno le puede dar al país, mientras que está muy claro lo que a través de la candidatura unitaria se le propone al país. Son dos formas de ver al mundo, una excluyente, que pretende instaurar una hegemonía, y otra moderna, de progreso, libertad, de justicia y oportunidades para todos.
Fotos: Simón Alberto Orellana
