Reflexión – Día del trabajador

-

- Publicidad -

Ojalá el título de este artículo, no ahuyente a mis apreciados lectores. Lo digo, por cuanto es un tema tan trillado y manoseado políticamente, que estoy seguro, algún lector, al verlo, supone lo que  va a leer y sigue de largo. Eso nos pasa a todos con algunas lecturas. Pero, aquí vamos a plantear algo distinto. Algo fuera de la retórica populista. Algo diferente a lo que siempre dicen los políticos. Claro, ese es su oficio. Y se respeta.

Todos debemos saber, que el trabajo es una bendición de Dios. Alguien una vez afirmó, “es tan malo trabajar, que a uno le pagan para hacerlo”. Eso es una actitud no solamente de ignorancia, sino absurda y alejada de toda sensatez. El origen del trabajo es divino. Dios estableció, desde el mismo momento de la creación, la actividad laboral. Así lo confirman Las Sagradas Escrituras. “Tomó, pues, Dios el Eterno al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo cultivara y lo guardara.”Gen.2:15. Debía cultivarlo, es decir, trabajarlo. Por la forma perfecta del Edén, qué necesidad había que el hombre trabajara. Ninguna. Sin embargo, Dios procuró darle trabajo al hombre, lo cual le dignificaría proveyéndose su alimento. Y dejó instrucciones precisas para que también lo “guardara”. Para que lo cuidara con esmero. Hoy sigue vigente esa recomendación. El trabajo, por simple que sea, hay que cuidarlo, ser responsable y hacer las tareas tal cual como fueron acordadas. Para poder recibir la paga debida.

- Publicidad -

Dios nunca quiso que el trabajo fuera una carga. No era su objetivo que los vivos se adueñaran de la fuerza de trabajo del hombre y valiéndose de sus necesidades. Del hambre y la desesperación por alimentar a sus familias, fueran explotados incluso hasta morir. Ese no era el plan de Dios. Eso vino cuando entró el pecado en la tierra, a través del Engañador. El cual contaminó la mente del hombre y lo condujo a actuar de una manera egoísta y codiciosa. Y por ello van a rendir cuentas el día del Juicio Final. Sin embargo, el trabajo sigue siendo una bendición, por cuanto la codicia, la ambición y la crueldad  de hombres que tienen en sus manos proveérselo a otros, no va a terminar en este miserable planeta. La explotación de los más débiles seguirá su curso, por cuanto todo terminará cuando el Señor Jesucristo venga por segunda vez.

Mientras tanto, el hombre tiene que trabajar, y si tiene una “chambita”, debe cuidarla y someterse a las condiciones que aceptó al ser contratado. Dios manda al hombre cristiano. Al que dice creer en Dios. Al que espera con optimismo, alegría y pacientemente el regreso del Señor, a someterse a sus jefes y hacer las tareas con responsabilidad para los cuales fueron contratados. Sin protestar y quejarse, por cuanto esperan la gloriosa venida de su Salvador. La amonestación también es para los jefes o patrones cuyos trabajadores dependen de ellos. “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con respeto y temblor, con sincero corazón, como a Cristo. … Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo. Dejad las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de vosotros está en el cielo, y no hace acepción de personas. …No para ser vistos, como los que agradan a los hombres, sino como siervos de Cristo, que hacen con ánimo la voluntad de Dios.Efe.6:6-9.

Por ello surgen ideologías revolucionarias, por necesidad, producto de la descomposición mental del hombre. Proclaman “lucha de clases”, igualdad y justicia, las cuales se coinvierten en banderas de muerte, debido a la crueldad de quienes tiene el dominio económico. Ello se presenta como una respuesta “natural” en medio de este mundo de pecado. Aparecerán ideas de sociedades utópicas por venir. Protestas, violencia, motines y tragedias, por la desesperación de los hombres aplicar su propia justicia. Por lo cual, tal vez, desde el punto de vista humano se justifica, pero desde el punto de vista de Dios es otra cosa. De allí la afirmación absurda de endilgar a Dios, en la persona del Señor Jesucristo una ideología popular. !Por favor!. Quien piense que el Señor Jesucristo puede ser bandera de inclinación ideológica, está blasfemando el nombre de Dios. Su llamado, al que le sigue, que cree en él, que le busca, en las distintas denominaciones religiosas, es anhelar el Reino por venir, y mientras tanto, trabajar, para llevar el sustento a su familia.

Hay que estar claro también, Dios no apoya al flojo. Lo conmina a levantarse y hacer la parte que le toca. “Observa a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio. Aunque no tiene capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y allega en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?”Prov.6:6-9. !Hasta el martes, Dios mediante!. Próximo título: “La Reina del hogar” “La existencia de la Biblia como un libro para el pueblo, es el beneficio más grande que la raza humana ha experimentado” Conde León Tolstoy. Eminente escritor ruso.

[email protected]

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -