Un amigo, admirador del filósofo de la ciudad de Mileto, ciudad ubicada en las costas occidentales de la península de Anatolia, territorio que entonces fue griego, solicita escriba acerca de Tales. Para la época el nombre de la ciudad donde se nacía se incorporaba al nombre mediante un complemento nominal, y como Tales había nacido en Mileto, se le conoce como Tales de Mileto. La ciudad ya no existe, la devoró el tiempo, pero el nombre de Tales, el filósofo, se mantiene. Nació en el siglo VII (640) a/c. y murió en el siglo VI (540) a/c. Tales sostenía que el agua era la sustancia original del Universo. La ciencia de hoy considera su opinión muy acertada. Bertrand Russell, filósofo británico, opina que la expresión de Tales acerca del agua es una “hipótesis científica”.
En realidad, el agua está contenida en todo. Basta un ejemplo: el bloque de arcilla y el bloque de cemento, ambos se elaboran con agua. Sacados de la horma se ponen a secar para extraerle la humedad, pero una vez secos conservan sus formas debido al agua de constitución. El agua de constitución es la cantidad necesaria para que las cosas conserven sus formas: Las tierras insoladas del valle de Quibor son un ejemplo también de la misión del agua en la conservación de la unidad formal de las cosas. Tales es autor del desusado comportamiento del agua. Aseguraba que “es la única sustancia componente del planeta que conserva su estado natural”. Presentándose, como ninguna otra sustancia, en todos los estados que el clima y la temperatura lo permiten. Es decir: sólida, líquida y gaseosa. Los cambios en las demás sustancias se producen si se provocan. Tales perteneció a la escuela jónica. Fue uno de los siete sabios de Grecia. Importó de Egipto y de Babilonia los elementos del álgebra y de la geometría. Fue el autor de la primera
medida exacta del tiempo con el gnomon (reloj de sol horizontal). Predijo con exactitud un eclipse de Sol. Tales acuño la expresión: “el agua es lo mejor”. El milítense había llegado a la conclusión de que el agua es la responsable la humedad constitutiva de todas las cosas. En esta breve crónica rendimos nuestra admiración por ese filósofo que tanto conoció del agua. Y dejamos complacido al amigo Honorio que se complace, cuando nos topamos, le ratifique la visión que del agua tenía Tales muchos siglos antes de que el tiempo se dividiera en antes y después de Cristo. Son muchos, pues, los aportes a la ciencia que nos dejó Tales.
