En el este de la ciudad, alrededor de la iglesia Nuestra Señora de Fátima, se encuentra la urbanización Barici, un emblemático espacio lleno de grandes casas y verdes árboles que adornan las plazas de su entorno.
Sin embargo, en los últimos años, instalaciones pertenecientes a espacios públicos de esa zona han presentado descuidos, lo cual provoca que el lugar diste mucho de sus años pasados.
La avenida Terepaima, que empieza en la avenida Lara, luego de un centro comercial de esa zona, lleva hasta la urbanización y nos muestra su actual rostro: las calles de su interior se han deteriorado hasta el punto que la capa asfáltica descubre señales de desidia. Los huecos han tomado protagonismo.
Hay quienes alegan que estos daños se han producido debido al arreglo de algunas instalaciones hídricas, los cuales, en su proceso, han deteriorado la vía de ese lugar; otros tantos, acusan a los años del trazado y el descuido de los gobernantes municipales, quienes no han mirado las necesidades de esta parte de la ciudad.
Lo cierto es que entre las irregularidades de la vía provocadas por la falta de asfalto, más la instalación de ‘policías acostados’, los usuarios de esa zona deben reducir la velocidad de sus carros para no hacerle ningún daño a sus propiedades.
El mismo rostro de desidia cubre las plazas que, hasta hace años, servían para el esparcimiento de los habitantes de la zona.
La maleza reina en los espacios públicos y los faros que iluminaban las caminerías, ahora, son pequeños monumentos que traducen lo resistente de un material que ha soportado durante tanto tiempo sin ningún mantenimiento.
Vecinos de la zona coincidieron en un aspecto: la recuperación de esos espacios y la optimización de las instalaciones, contribuirán a tener una mejor calidad de vida al espacio para permanecer “un tiempo tomando aire fresco, en compañía de un buen libro”, exclamaron.
Habitantes del sector hicieron un llamado a la autoridad municipal de Iribarren para que estas plazas sean incluidas dentro de los trabajos adelantados por las cuadrillas de limpieza, cuyos trabajadores ya han retirado la maleza de otros espacios públicos en diferentes zonas de la ciudad.
No escapan a la delincuencia
En las calles de la urbanización Barici se pudo constatar que los habitantes de este lugar buscan resguardarse del problema que azota al país con iniciativas propias, tales como la contratación de vigilancia privada, la cual se aposta en las aceras y plazas para estar atentos a cualquier irregularidad.
En otras partes de la zona residencial, y donde lo ha permitido la municipalidad, residentes han instalados portones en las esquinas de algunas calles que se cierran a determinado horario, todo con el fin de cuidar sus pertenencias y resguardar la vida. Ante la falta de Estado, actúa la ciudadanía.
