-Gran expectativa en diversos sectores, en relación con actividades y anuncios del Día del Trabajador
La profundización de la crisis que nuevamente se está viviendo en el sector eléctrico venezolano, ya no la puede continuar ocultando el alto gobierno, que no le ha quedado más remedio que replantearse de nuevo el esquema de los racionamientos, lo que además de ocasionar malestar en la colectividad, constituye un nuevo obstáculo al proceso productivo venezolano, de por sí afectado por otras variables como la escasez de divisas.
Incluso se han estado generando denuncias de personal especializado en el área, según las cuales en algunos momentos, se han violado los límites de transmisión, por parte de los encargados de la distribución y transmisión para cubrir la demanda generada en los últimos días, la cual supera los 16.000 megavatios.
Asimismo, las organizaciones empresariales regionales se han estado pronunciando públicamente, señalando que el retorno de los apagones que cada día se hacen más frecuentes, pone en evidencia el estruendoso fracaso de Corpoelec, empresa que sigue acusando a los usuarios del servicio, de consumir en forma irracional la electricidad, cuando la realidad evidencia que aún cuando se han anunciado inversiones entre US$ 5.000 y US$ 8.000 millones en el último año, con la finalidad de aumentar en 4.500 megavatios la oferta de electricidad, solamente se han incorporado a duras penas 1.200 nuevos megavatios, mientras que la demanda se sigue incrementando y se acelerará en la medida en que se sigan construyendo las viviendas prometidas en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
En estos momentos, los empresarios venezolanos siguen cumpliendo con el 20% del ahorro de energía, así como también han seguido incorporando, en la medida de lo posible, nuevas plantas eléctricas para disponer de generación propia, equipos que han tenido que adquirir con esfuerzo propio debido a que las ofertas de financiamiento que hizo el ejecutivo, se quedaron en simples promesas.
Sólo la región de Guayana dispone de un suministro eléctrico garantizado, el resto de las regiones del país, lo cual es perfectamente comprobable, no cuenta con generación propia para cubrir sus demandas del vital fluido, el cual es indispensable para el funcionamiento operativo del país, ya que sin electricidad se paralizarían los hospitales, la educación, la producción de las empresas, el comercio, los servicios de transporte masivo y se afectarían los hogares de millones de familias que no tendrían como conservar sus alimentos.
Lo más preocupante de esta situación, es que la planta de generación de El Guri sigue generando cerca del 80% de la electricidad que se consume en las regiones del Central, Oriental y Occidental del país, siendo el mayor problema las limitaciones operacionales en el área de distribución, que no se pueden forzar para evitar un apagón de grandes proporciones en todo el territorio nacional.
Especialistas han alertado que la región Central es la más comprometida con el déficit de electricidad, por cuanto en los estados Carabobo y Aragua están ubicados grandes centros de producción industrial, ya que importa del Guri el 72% del consumo, mientras que tiene un 34% de generación propia.
Mientras tanto, las zonas de Occidente y Sur occidente, por estar más alejadas desde el punto de vista geográfico del lugar donde se origina la electricidad, se ven más afectadas, aún cuando importan solo el 47% de energía del Guri para atender su demanda.
Lo cierto es que mientras las autoridades insisten en que la crisis eléctrica ha sido superada, nada más lejos de la verdad, por el contrario, no solo continúa sino que se profundiza.
El Día del Trabajador
Nunca en los años anteriores, la celebración del Día Internacional del Trabajador, este martes 1° de Mayo, había despertado tantas expectativas, no solo por el aumento del salario mínimo, ya anunciado y hasta publicado en la Gaceta Oficial, sino por el impacto y los alcances que tendrá, sobre todo en la economía nacional, la reforma a la Ley Orgánica del Trabajo, instrumento discutido y aprobado de espaldas a los principales actores como son los trabajadores y empleadores, quienes nunca fueron consultados en torno a esta materia.
Todos los beneficiados con el ajuste del 30% del salario mínimo, tienen sus razones para celebrar; sin embargo, ya se ha advertido que este aumento tendrá un impacto directo en los costos de producción de las empresas, los cuales serán trasladados a los precios de venta de los productos a nivel del consumidor, lo que indica que seremos nosotros los que pagaremos el incremento.
El Consejo de Economía Nacional ha advertido que un aumento del salario mínimo en forma aislada como mecanismo de mejoría de la calidad de vida y como manera de estimular la inclusión social, puede provocar efectos indeseados sobre la informalidad y/o el sub empleo. Asimismo plantea la urgencia de estimular un crecimiento económico sustentable, estrategia que debe recuperar el potencial de producción petrolera, ejecutar una estrategia fiscal que estimule el crecimiento económico sostenible y una política de incentivos para promoción de la inversión privada.
Lo cierto es que mientras la mitad de la fuerza labora del país sentirá que se beneficia con el ajuste del salario mínimo, más de 6,5 millones de personas, entre desempleados y subempleados se quedaran como la guayabera, por fuera y sin nada que celebrar.