El Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia se ofreció este lunes para facilitar una eventual liberación del desaparecido periodista francés Romeo Langlois en el caso de que se encuentre en poder de la guerrilla de las FARC.
«Estamos dispuestos y disponibles a colaborar, al igual que con otras personas que están en manos de grupos armados, siempre que se confirme que el periodista ha sido secuestrado por las FARC», dijo a la AFP María Cristina Rivera, vocera del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia.
«Estamos en permanente coordinación con el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Militares para obtener información» pero no ha habido hasta ahora una solicitud para su intervención, añadió.
Este mismo lunes, el vicepresidente Angelino Garzón señaló que el gobierno «no tendría problemas en solicitar la colaborción del CICR».
Langlois desapareció el pasado sábado después de que la patrulla militar con la que viajaba en una zona selvática del departamento de Caquetá (unos 600 km al sur de Bogotá) fuera atacada aparentemente por combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), que consiguieron abatir a cuatro militares y herir a ocho más.
Aunque el gobierno de Colombia que no tiene elementos para confirmar que Langlois haya sido secuestrado por las FARC, el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón lo consideró este lunes «muy factible».
Langlois realizaba un reportaje sobre operativos antidroga. En medio del combate recibió un disparo en el brazo izquierdo y decidió desplazarse hacia los guerrilleros identificándose como civil, explicaron soldados que estuvieron en el lugar.
Rivera señaló que un grupo de expertos del CICR llegará en las próximas horas al municipio de La Montañita, donde se registró el combate, para evaluar daños materiales en la población y atender a posibles lesionados civiles en el choque.
A través de misiones humanitarias, el CICR ha facilitado la liberación de más de 30 rehenes políticos o uniformados en manos de las FARC desde 2008.
Las FARC se comprometieron en febrero a abandonar el secuestro de civiles como fuente de financiamiento.
