En las décadas de los cincuenta y sesenta Carora figuraba como una de las ciudades más importantes de Venezuela. No éramos un punto perdido dentro de un país que despertaba de la ruralidad hacia la consolidación de apretadas urbes, Carora era una referencia y mostrábamos esta condición al mundo gracias a las Ferias Exposiciones Ganaderas que celebrábamos el 24 de Junio.
Para esa época las grandes cuencas ganaderas estaban ubicadas en los valles de Aragua y Carabobo y sus extensiones de Falcón y Yaracuy, mientras que en los llanos se criaba exclusivamente para carne. Machiques y Villa del Rosario en el Zulia no tenían comunicación con la región petrolera porque aun no se había construido el puente sobre el lago y el Sur del Lago era todavía una región agreste que se trabajaba básicamente con lanchas y chalanas. Esto le permitió a Carora convertirse en el gran proveedor de carne y queso de la creciente población que se estructuraba en torno a la explotación petrolera de la Costa Oriental.
Con esta ventaja como soporte económico los ganaderos caroreños inician una tarea de mejoramiento genético para también ser eficientes en producción de leche mediante un tipo de ganado que posteriormente se convirtió en la Raza Carora, combinando este esfuerzo con la cría de unos animales doble propósito de alto rendimiento tanto en leche como carne.
Pero en esta búsqueda no éramos los únicos, a nivel nacional muchos ganaderos incursionaron por esta senda alentados por un grupo de veterinarios pioneros egresados de la facultad de Veterinaria de la UCV fundada en 1930. Como ejemplo basta nombrar el ganado Ocampo del doctor Miguel Ron Pedrique en el Estado Carabobo y el Yaracal I trabajado por los ganaderos de esa localidad falconiana.
No obstante experiencias como esas no lograron cristalizar por distintas razones, el Ocampo debido al desplazamiento de la ganadería por la industria y el Yaracal I debido a la intervención oficial, la cual al querer manejar directamente el proceso lo burocratizó y lo condujo al fracaso. Cosa muy distinta paso con la Raza Carora que al ser asumida como un compromiso generacional de los ganaderos caroreños se mantuvo y se mantiene como la mejor alternativa de ganado lechero a nivel nacional.
Todas estas competencias entre los mejores ganaderos de aquellas décadas tenían como escenarios las Ferias Ganaderas, siendo las mejores del país las celebradas en Valencia y luego las de Carora. Gran protagonista de ambas fue el caroreño Carlos Herrera Zubillaga, quien como factor fundamental de la Hacienda Santa Rosa dio a conocer a lo largo y ancho del país las bondades tropicales del ganado Carora.
Carlos Herrera Zubillaga fue un triunfador en Valencia, en Carora y las otras Ferias Exposiciones que se hacían en Venezuela y eso no era pelar una mandarina, porque la competencia ganadera era fuerte, para ejemplo revisemos junto a Mario Alonso Herrera Álvarez(veterinario hijo de Carlos Herrera) quienes venían a Carora como expositores :“ Agrop San Francisco(Branger)(Carabobo)Antonio Duque Herrera(Yaracuy)Hda Rancho Grande (Omar Álvarez)J A Briceño(Carabobo)Compañía Inglesa(Carabobo)Miguel Castro(Cojedes)Elías Acosta(Guárico)Vicente Lecuna(Yaracuy)Augusto Viso(Cojedes)Pedro Pacheco(Trujillo).De leche: Ganadería Tiuna(Aragua)Carmen de Denoux(Aragua)Fac de Veterinaria CV(Yaracuy)Jesús Filardo(portuguesa)Esc Peritos Agua Blanca(portuguesa)Alejandro González(Carabobo)Simón Delgado(Lara) Adolfo Anzola(Yaracuy)y las de Carora: Sta. Rosa, Puricaure, Papelón, La Caracara, Libertad-Versalles, Los Caños, Sicarigua y Montevideo.”
Pero mas allá del hecho ganadero y su impacto positivo en la economía local de Carora, las Ferias eran un acontecimiento popular donde se fusionaban con éxito las raíces rurales con los nuevos códigos urbanos nacidos del crecimiento poblacional. Por ello el rescatarlas como una actividad conjunta de todos los sectores, oficiales y privados, es una tarea que no debiera estar mediatizada por condicionamientos político-partidistas, sino encauzada por un sentimiento de orgullo local que hermane a toda Carora de forma sincera y transparente.
En esta oportunidad toca a ASOCRICA el reto de homologar los éxitos de Ferias anteriores y para ello está solicitando la colaboración plural de las fuerzas vivas caroreñas. Este compromiso en verdad es difícil para una organización centrada en aspectos genéticos de la Raza Carora, no obstante su experiencia en materia de exposiciones permiten augurar un desarrollo venturoso en la parte estrictamente ganadera, no obstante las Ferias en Carora no se constriñen exclusivamente a la muestra de ejemplares bovinos dentro del Parque Teodoro Herrera Zubillaga sino que las celebraciones toman cuerpo en todos los ambientes de la ciudad, en la Cabalgata inaugural, en las Procesiones y en los festejos de barrios y urbanizaciones.
Por ello el que estas Ferias y Fiestas Patronales de Carora sean hermosas y cálidas como lo fueron en décadas anteriores es un reto que deben asumir con generosidad de espíritu todos los caroreños, especialmente las autoridades locales, a quienes toca hacer un paréntesis en sus actividades electorales y trabajar mancomunadamente con todos los sectores privados y públicos a nivel local, regional y nacional, para que los caroreños puedan mostrar al mundo, no solamente el crisol de sus adelantos en materia agropecuaria, sino también su espíritu de grandeza a la hora de luchar por Carora y su [email protected]