Lo que debió ser una mañana normal de viernes, destinada para la entrega de boletines toda vez culminado el segundo lapso del año académico, se convirtió en una tensa jornada de disgusto e inconformidad.
En el liceo Mario Briceño Iragorry los estudiantes están molestos. Lo han dicho durante los últimos días, tanto en las calles como a través de los medios de comunicación.
No están de acuerdo con el abrupto cambio de directora que en los últimos días decidió efectuar la Zona Educativa, mediante el retiro inmediato de la profesora Erika Bullones y la incorporación de la profesora Milexa Colina Conde.
“A ella no la conocemos, tampoco tiene el respeto de los estudiantes. La profesora Bullones había logrado el orden porque hasta los más rebeldes hacían caso”, narraron algunos estudiantes del último año de bachillerato de quienes se resguarda la identidad por ser menores de edad.
Por qué atropellan nuestros derechos, se preguntaron.
Dijeron que para el cambio nadie fue consultado. No hubo asamblea de padres y representantes, tampoco solicitaron opinión de los estudiantes y mucho menos se comprobaron las irregularidades que se alegan en el oficio enviado desde la Zona Educativa.
“A esas autoridades no les gustó que la profesora Bullones denunciara ante los medios de comunicación que en este liceo hay serios problemas de infraestructura”, comentaron los casi bachilleres.
Ante el descontento e inconformidad, los muchachos decidieron cerrar las puertas del liceo e iniciar una especie de autosecuestro para llamar la atención de las autoridades.
Sin embargo, la medida no llegó a mayores ni se prolongó por mucho tiempo, ya que decidieron caminar hasta la Zona Educativa y presentar ante la directora, profesora Gisela Cañizales, un documento con firmas de los consejos comunales de la zona rechazando la nueva figura de directora.
Dos funcionarios motorizados de la Policía de Lara llegaron hasta el instituto educativo convocados por la nueva directora, quien habría denunciado haberse sentido vulnerada en sus derechos y amenazada por los muchachos.
El oficio que ratifica el cambio tiene como fecha 10 de abril. Y es desde entonces cuando los jóvenes manifestaron su desacuerdo a tal dictamen.
“A la profesora Erika la sacaron de su oficina, la retiraron con todo y papeles que tenía el escritorio. No queremos eso, porque había estudiantes que hasta le pedían la bendición”.
Fotos: Ángel Zambrano