Los campesinos del caserío Guarapo, al norte del estado Lara, entre los municipios Urdaneta y Crespo, no han podido olvidar aquella noche de noviembre del 2010 cuando fueron sorprendidos por la hasta entonces apacible quebrada que le cruzaba, la cual se llevó parte del poblado.
La mayoría de los trabajadores del campo lo perdieron prácticamente todo, sus humildes viviendas, animales, colchones, cocinas y otros utensilios domésticos.
Muchas horas después de la tragedia, que afortunadamente no dejó víctimas mortales, llegaron funcionarios de las alcaldía de Crespo y Urdaneta, así como de la gobernación, con algunas ayudas.
Algunos de los pobladores recuerdan haber escuchado a unos de los visitantes ofreciéndoles “villas y castillas”, lo que les animó a permanecer en el lugar.
“Les vamos a hacer casas nuevas en la parte alta, donde no corran peligro, con agua, luz y todos los servicios”, le oyeron a uno de los funcionarios.
Otros se presentaron con bolsas de comida acompañados por las promesas de siempre.
Encargaron a líderes del caserío a elaborar censos sobre la cantidad de familias afectadas y las necesidades de cada quien.
Hoy, cuando ha transcurrido año y medio del desastre, los campesinos de Guarapo siguen en iguales condiciones, esperando todas las ayudas que les ofrecieron desde Siquisique, Duaca y Barquisimeto.
“Esa gente sigue desamparada porque no le dieron nada de lo que les prometieron”, declaró Rómulo Castro, representante agrícola de la Mesa de la Unidad, al regresar del sector.
Nada de viviendas
¿Y las casas que les ofrecieron?
No les han hecho ninguna. Siguen viviendo en sus ranchos, los que pudieron medio arreglar los que les dañó la corriente, esperando a ver si les cumplen, respondió.
La principal necesidad de las familias de Guarapo son las viviendas, cuya construcción, pocos días después del desastre, fue anunciada para un terreno ubicado en los alrededores, en una parte alta, lejos de la quebrada, previendo que en cualquier momento pueda registrarse otra creciente.
Castro dialogó con los vecinos y estos le exteriorizaron su decepción ante el incumplimiento de todas las promesas que le hicieron en aquella oportunidad.
Recuerdan que sólo Corpoelec les hizo algo al reponer el suministro de electricidad, además de unos operativos de vacunación procedentes de organismos municipales de salud de Urdaneta y Crespo.
Explicó Rómulo Castro que ahora que está comenzando el invierno en Guarapo se acrecienta la preocupación de sus habitantes porque tampoco tienen garantizada una vía de acceso en vista de que la única de que disponen cruza por una quebrada y cuando llueve fuerte quedan incomunicados.
“Hay que ayudar a esa gente porque siguen necesitando ayuda oficial para poder seguir trabajando la tierra y darnos los rubros alimenticios que producen en sus conuquitos”, puntualizó el luchador social.
No descartó que en los próximos días representantes del caserío se trasladen en comisión a las alcaldías de Crespo o Urdaneta, así como a la gobernación, con el propósito de plantear la problemática que confrontan y exigir ayudas concretas, sobre todo en lo que respecta a viviendas.
Que les cumplan lo relativo a la reubicación del caserío es una de sus prioridades y en eso están dispuestos a insistir pues necesitan la garantía de techos dignos donde vivir con sus hijos.
Fotos: Luis Salazar-archivo
