Golpeada, baleada, quemada y destrozada por los animales, estaba el cuerpo de una adolescente de 16 años. El hallazgo fue a las 7 de la mañana en la avenida Ribereña con calle 38, específicamente hacia los lados del río Turbio.
Una llamada anónima alertó
El teléfono de la comisaría de La Sucre sonó. Del otro lado de la bocina se escuchó una voz que alertaba sobre el cuerpo de una dama en los alrededores de la Ribereña; la persona que llamó no se identificó, lo hizo de forma anónima. A los uniformados que estaban en la calle patrullando se les dio la información; los mismos pensaron que se trataba de una arrollada, pero al llegar al lugar se encontraron con un panorama muy espeluznante.
Dantesco
Lo que habían visto los ojos de los Polilara fue el cuerpo de una joven. El mismo se encontraba tirado boca arriba. Ella tenía sus uñas pintadas de negro, cargaba unos pantalones leggins blancos, en su mano derecha tenía puesta una pulsera con un mensaje alusivo al amor que sentía por Dios.
La víctima era blanca, delgada, de estatura baja y tenía una cabellera negra, larga y abundante.
Los criminales no se apiadaron de ese amor por Dios para hacer lo suyo. Esta adolescente fue brutalmente asesinada: ella primero recibió un golpe con un televisor en la cabeza, partes de la pantalla se encontraba quebradas en el lugar. Además fue baleada.
Un tiro en la región maxilar derecha y otro en la clavícula del mismo lado fue lo que le apreciaron los investigadores. Como si no bastara eso, el o los asesinos prendieron su cuerpo en candela, el cual se quemó parcialmente.
Parte del rostro y todo su tronco estaba quemado. Los animales a mitad de la noche devoraron la parte izquierda del cuerpo de la joven y lo destrozaron por completo. Se podían observar las vísceras. Además le desprendieron el brazo izquierdo.
Su mano fue conseguida debajo de su pie derecho.
Las pesquisas en el sitio
Funcionarios del Grupo de Trabajo Contra Homicidios del Cicpc hicieron acto de presencia en el lugar.
Tras una revisión minuciosa se colectó el televisor. Observaron además que tenía rastros de sangre y había cabello, que presumen es de la víctima.
A 13 metros de donde fue conseguido el cuerpo estaban cuatro conchas calibre 9 milímetros, así como un llavero tipo destapador, con cuatro llaves.
Así mismo los sabuesos colectaron parte de tierra y otros objetos de interés criminalístico, para determinar con qué fue incendiado el cuerpo de la joven.
Hasta ahora los funcionarios no tienen móvil alguno sobre lo sucedido, pero están abocados a la investigación de este brutal crimen.
Identificada en la tarde
En el momento del hallazgo la jovencita no estaba identificada, horas más tarde llegaron unos familiares a la morgue y fueron ellos quienes dieron la identidad. Manifestaron que se trataba de una adolescente de 16 años.
Según declaró una tía de apellido Álvarez, la muchacha salió a las 8 de la noche del miércoles de su hogar, ubicado en la carrera 1 entre calles 1 y 2 del barrio Andrés Eloy Blanco, al oeste de Barquisimeto.
La adolescente iría a comprar una tarjeta telefónica, pero no regresó.
Vecinos de la calle 38 indicaron que entre 10 y 11 de la noche escucharon disparos y algunos gritos, pero como la zona está tan peligrosa nadie se atrevió a acercarse. No fue sino hasta la mañana de ayer cuando se dieron cuenta del crimen que allí se había consumado.
Foto: Simón Alberto Orellana
